El llamativo caso ocurrió el lunes en una vivienda de la compañía Calle Hovy de la ciudad de Coronel Oviedo, Departamento de Caaguazú. Las víctimas fueron identificadas como Juana Bautista López (41) y su hijo de 16 años.
Ambos resultaron con graves quemaduras al manipular y hacer explosionar una bala de mortero que, de acuerdo con la denuncia, les fue obsequiado por un médico naturalista.
La mujer fue la más afectada, pues ingresó directamente a la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de Trauma, en Asunción, y se encuentra con asistencia respiratoria mecánica.
El director de Trauma, Agustín Saldívar, comentó a Última Hora que llegó con quemaduras de segundo y tercer grado en el rostro, cuello, torso y vías respiratorias.
El adolescente tiene heridas en las mismas partes del cuerpo, pero se encuentra lúcido en sala de Urgencias. Además, una de sus manos quedó sin músculos y en estado de momificación.
Así también, el médico señaló que tiene una astilla de proyectil de metal en el ojo derecho, lo que podría dejarle ciego al menor.
Al momento de la explosión se encontraban en el sitio otros dos familiares más, quienes también resultaron con heridas leves.
Para la familia se trata de un caso de intento de feminicidio ya que, presuntamente, el hombre que le hizo entrega del explosivo sería una ex pareja de la mujer, informó el fotorreportero Andrés Catalán.
La hermana de la víctima, Feliciana López, contó a NPY que al momento de la entrega, el sospechoso le dijo que en el interior del artefacto de guerra había oro.
Tanto la madre como el hijo residen en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, y se encontraban de vacaciones en su pueblo natal.