07 jul. 2025

Los primeros 24 meses

Se están por cumplir dos años del primer mandato de Santiago Peña. Y, segundo gobierno de Horacio Cartes. El poder real está donde la gente cree que está. Y allí es donde está. No depende de los artificios institucionales. Son 24 meses de gestión de un gobierno por encargo. Toda una innovación de management en la política nacional. Lo dice el mismo Peña, conforme se verá más adelante.

En la reciente reunión del Consejo de Ministros, el presidente adelantó una autoevaluación, y se puede suponer que es, en buena parte, lo que presentará al Congreso como mensaje de julio. El primer año fue para poner la casa en orden, dijo a sus secretarios de Estado. Y agregó, ya estamos a dos meses de cumplir dos años. En las palabras del gerente general de la burocracia estatal: “Este periodo sirve para sembrar los proyectos que queríamos llevar adelante, son semillas que ahora están germinando. Tenemos un camino largo y arduo que nos tiene que encontrar redoblando esfuerzos”. Redoblar es una palabra mágica de todo funcionario público que no puede faltar. Nadie sabe exactamente qué significa. En un acto reciente en el Departamento de Paraguarí, apareció la fórmula: “Seguir a Cartes”. Lo dijo Santiago Peña, repitiéndola tres veces.

En su reunión de ministros hizo una introducción de indicadores macroeconómicos que debían transmitir optimismo. Pero el lenguaje corporal no acompañó a las cifras del IMAEP que como evidencia empírica del crecimiento del producto se exhibía en modo “éxito del gobierno”. Falta más media training si van a transmitir y dejar en streaming las reuniones del Gabinete. Había preocupación. Quizá existan mediciones de popularidad que contrastan con los indicadores macro. Es muy probable que Cartes sepa más de eso, porque es él el que pide y controla las mediciones. Él es el que ordena las cosas, es él a quien siguen el presidente y sus acólitos. Todo el Paraguay sabe de eso. El jefe es un presidente corporativo multimarcas y multimercados que entiende de key figures y de tableros de mando y de control gerencial. Hay un problema sucesorio que la gobernanza corporativa no lo resuelve. El VP no despega. Hay un problema de posicionamiento de marcas. Creo que una de sus unidades estratégicas de negocios, probablemente la principal de la cual dependen todas las demás, no le está dando al inversor los resultados que esperaba. Y vaya que ha hecho inversiones. El retorno no es suficiente. El inversionista merece la rentabilidad. Para peor, el levantamiento de las sanciones derivadas de la Ley Magnitsky no se están dando. Aún con el nuevo gobierno amigo de los EEUU. Aun con Rubio, un secretario de Estado latino y su segundo de a bordo casi paraguayo, Landau. Pero, oh sorpresa, hay un problema, el secretario del Tesoro que maneja la OFAC milita en un movimiento muy vilipendiado por el grupo ANR de Dios, Patria y Flia. Habrá que suavizar las críticas. Todos los esfuerzos de la política exterior paraguaya no han tenido resultados. Hasta perdimos una secretaría de la OEA.

En la reunión de ministros, los rostros adustos, la exposición cansina y los cabellos grises del jefe de Estado, el clima invernal y el tono de la presentación presidencial… transmitían desánimo. Ni la Selección de Alfaro está ayudando, se pospuso la clasificación. En un momento dado, luego de exagerar la verdad, diciendo que la economía andaba de parabienes, increíble, les pidió la renuncia a aquellos secretarios de Estado que no pudieran, quizá, redoblar los esfuerzos para el porvenir. Lo que andaba superbién, necesitaba de dimisiones. No se entiende. Seguir a Cartes exige más sacrificios. Qué tal.

El recuento gerencial dice que “este año se crece por tercera vez por encima del crecimiento potencial de la economía paraguaya”. ¿Crecimiento potencial? Cómo es posible estar creciendo por encima de algún potencial en una economía que no utiliza toda la energía de sus hidroeléctricas ni puede emplear a todo su bono demográfico, poco capacitado. Este es un logro importante, dijo Peña, que “no se veía desde el trienio del 2006, 2007 y 2008”. Al primer cuatrimestre del 2025, supongo, se crece 4,9% en el IMAEP. En 12 meses es 4% de incremento en el indicador mensual de la actividad económica del Paraguay. Si tomamos los 21 meses de gestión el crecimiento acumulado es el 4,4%. El IMAEP creció en 20 de los 21 meses, es un gran logro de gestión, siguió el discurso.

La exposición valoró el equilibrio monetario con una inflación interanual a mayo del 3,6%, acumulada a mayo del 3%. La inflación de alimentos de 4,3% interanual. La tasa de desempleo, 5,6%, es la menor tasa para un primer trimestre desde que se calculan estos indicadores, dijo. Durante los primeros 20 meses de gestión se sumaron 65.000 nuevos aportantes al IPS. Esto fue sobrevalorado por Peña. Dijo que el promedio de los últimos cuatro gobiernos es de apenas 40.000. Habló de la disminución de la pobreza al 20%. Luego pasó rápidamente sobre temas de educación y salud, poco convencido, sin dar ninguna cifra. Se olvidó totalmente de que estuvo con su esposa hace algunos meses, haciendo un teatro lacrimógeno, en el Hospital Nacional de Itauguá, prometiendo obras inmediatas que hasta hoy no han avanzado. Prometió hospitales para el futuro. Se limitó a decir, falta “muchísimo”, y nada más.

La exposición se volvió aburrida, y el presidente comenzó a balbucear algunos datos inconexos. Por ejemplo, dijo que el programa Hambre Cero también creció, y agregó, hay 19.000 nuevos cotizantes. Plop. Y el Ministerio de Trabajo avanza en la fiscalización. Se equivocó al decir que Hambre Cero da de comer a 1.050 niños. ¿No será 1.050.000? En fin. Se le debe perdonar. La carga que lleva es enorme. Para peor, las exposiciones posteriores de sus ministros y ministras parecían presentaciones de trabajo práctico de facultades de garajes. La prueba de PISA emergió en el Gabinete. Mediocridad a flor de piel. Era para chuparse clavos y vencer el aburrimiento. Muchos leían la parte que les tocó exponer, sin ninguna entonación de convicción y manejo profesional de sus carteras. Con algunas excepciones, como Ramírez y Riera, quienes se nota que saben rendir el examen oral, el resto de los ministros son improvisados totales. Con errores de género, plural y singular. Pobreza de lenguaje y de espectáculo para poquísimas reproducciones en el canal oficial de YouTube del Gobierno del Paraguay. Vean. Apenas 700 visualizaciones y un solo comentario.

Las promesas de campaña del presidente Peña son muchas y exageradas. Hay que recordar comparando el dicho versus los hechos. El teorema de Baglini dice que “cuanto más lejos se está del poder, más irresponsables son los enunciados políticos; cuanto más cerca, más sensatos y razonables se vuelven”. En el caso paraguayo, el teorema no se cumple.

Ya electo, el presidente Peña dijo antes de asumir, tengo grabado, ante el Club de Ejecutivos el 14 de junio del 2023, que la economía podía crecer al doble. Eso no se va a dar. Fernando Ayala, uno de sus seguidores, dijo al diario ADN que vamos a tener un PIB de 120.000 millones de dólares al 2028. Para eso, debemos crecer a una tasa anual acumulativa del 27%. Para duplicar el PIB se necesita una tasa del 15% anual acumulativo.

También se prometió no subir impuestos y mejorar la calidad del gasto. Lo dijo en la noche del 25/06/23 en TV el ministro de DNIT, en espera, CFV, en nombre del presidente electo SP. Afirmó que la estrategia para no subir impuestos y llegar a la convergencia del 1,5% del PIB como máximo del déficit fiscal será por medio del crecimiento de la economía, de donde vendrán las mayores recaudaciones, acompañando la racionalización del gasto. Las recaudaciones subieron, en especial gracias a Milei, que eliminó el dólar blue y mató el contrabando, formalizando gran parte de la economía paraguaya. Pero no se vislumbra mejorar la calidad del gasto. Menos aún desde el 2026 cuando comienzan las municipales.

Se prometió un total de 500.000 nuevos puestos de trabajo en cinco años. Para eso, se necesitan 10.000 millones de dólares en cinco años o 2.000 millones de dólares año, de inversión CAPEX, si cada puesto requiere una inversión de 20.000 dólares. O se necesitarán 20.000 millones de dólares si la inversión requerida por puesto fuera, lo que dicen las estadísticas de inversiones realizadas bajo la Ley 60/90 y la Maquila, 40.000 dólares por puesto. No hay inversiones espectaculares llegando al Paraguay. Oremos para que el presidente cumpla su promesa.

En campaña, Peña prometió estímulos del Estado a empresas que contratan al joven en su primer empleo y apoyo económico a jóvenes que se lanzan como emprendedores. No hay nada en el horizonte. En el Paraguay, el emprendedor no es un joven excepcional que asume una innovación con capital de riesgo. No. Es apenas una estrategia de sobrevivencia vendiendo baratijas por internet, comidas callejeras, microtráfico, delivery de moto o manejo de auto de plataforma. Como mucho.

El candidato Peña prometió 100.000 casas sociales a precio de alquiler en su periodo de mandato. Eran 20.000 unidades por año. A finales del 2024, apenas se entregaron 6.000 unidades habitacionales dentro de este programa. Se lanzó el Che Róga Porã 1.0 y 2.0. Según el ministro del MUVH se están haciendo ajustes y cero familias está viviendo en su casa nueva, aunque haya una escasa cantidad de créditos ya aprobados por el sistema financiero, y pocos reúnen las condiciones por el sobreendeudamiento de la gente. El presidente electo había dicho ante la UIP que el ahorro a largo plazo de IPS será direccionado hacia inversiones en empresas y en viviendas. Creo que los fondos del IPS fueron hacia un banco digital de gran éxito actual, más que a financiar lo prometido. También se prometió simplificar los trámites para acceder a la vivienda. “Si pagás 800.000 a un millón de guaraníes en alquiler de tu departamentito ya calificás para tener una casa”. Jaime Eguez, quien era el presidente del Club de Ejecutivos, le tomó la palabra. Se prometió inversiones en infraestructura vial, eléctrica, sanitaria y viviendas. También en salud y educación. Nada por el momento.

El déficit en la Caja Fiscal amenaza la meta del déficit fiscal. El programa prometido de Salud sin Esperas no funciona. No todo está mal. En sus discursos, recientemente electo, Peña lanzó un plan del no al garrote político. No más René Fernández, Giuzzio, Fuster “que armaron mamotretos acusando al ex presidente de modo injusto”. Eso se iba a acabar. La Fiscalía acaba de desestimar las causas por lavado al ex presidente que había iniciado Giuzzio. Misión cumplida. Lo social está en espera.

Por último: ¿Cómo seguimos? Hay varias opciones en el menú. Se lo acusa a Lula de que –siendo un presidente que no terminó el colegio ni tiene diploma universitario– sigue a Keynes. Milei –con diploma de economista de la Universidad de Belgrano– dice seguir a Von Mises. Finalmente, nuestro presidente que hizo su posgrado en la Universidad de Columbia, de prestigio mundial, Ivy League, dice que debemos “seguir a Cartes”. Es probable que sea el secreto de la prosperidad económica. (Quizá sea la fórmula que él ya la probó). Hay que preguntar al pueblo.

Saludos cordiales.

Las recaudaciones subieron, en especial gracias a Milei que eliminó el dólar blue y mató el contrabando (...). Pero no se vislumbra mejorar la calidad del gasto.

Quizá existan mediciones de popularidad que contrastan con los indicadores macro. Es muy probable que Cartes sepa más (...) es él el que pide y controla las mediciones.

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Laura Ruiz Díaz – laura.ruizdiaz.txt@gmail.com