30 oct. 2025

Liberan 280 bebés de tortuga lora, especie vulnerable, en una playa de Panamá

Un total de 280 neonatos tortugas loras fueron liberados este viernes “para hacer su recorrido y ejercitar sus pulmones” en la amplia playa de Punta Chame, en el Pacífico de Panamá, donde esa especie llega a anidar, según explicó a EFE la Fundación Tortuguías, dedicada a la conservación de esta especie vulnerable.

Liberan 280 bebés de tortuga lora, especie vulnerable, en una playa del Pacífico de Panamá

La coordinadora de Proyecto y biologa, Jeannellys Moreno, extrae neonatos de tortugas Lora marinas (lepidochelys olivacea) de los nidos del vivero de la Fundación Tortuguías, para su liberación en las costas de Punta Chame, este viernes, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Panamá (Panamá). Un total de 280 neonatos tortugas loras fueron liberados este viernes “para hacer su recorrido y ejercitar sus pulmones” en la amplia playa de Punta Chame, en el Pacífico de Panamá, donde esa especie llega a anidar, según explicó a EFE la Fundación Tortuguías, dedicada a la conservación de esta especie vulnerable.

Bienvenido Velasco/EFE

“Ahorita mismo tenemos la liberación de las ‘tortuguitas'; una vez ya, tras su periodo de incubación de 45 a 50 días, nacen y las liberamos en esta misma playa para que hagan su recorrido y puedan ejercitar sus pulmones”, declaró a EFE la coordinadora de proyecto de la Fundación Tortuguías, Jeannellys Moreno, de 26 años.

La Fundación Tortuguías “patrulla” durante la noche unos 2,5 kilómetros aproximadamente de la playa de Punta Chame, a 100 kilómetros al oeste de Ciudad de Panamá, por equipos para dar con los “rastros” de las tortugas y así ubicar los nidos.

Una vez hallados, sacan los huevos y los reubican en un vivero acomodado en la misma playa, donde estarán entre 45 a 50 días en “incubación”. Una vez nacidos, se procede a la liberación para devolvernos a su hábitat natural.

“Si encontramos tortugas tomamos los datos biométricos y vemos el estado de salud. También si es una tortuga que ya ha vuelto aquí. En esta playa (...) también hacemos el plateado de tortugas y ya tenemos una data de las que han anidado y aquí regresan los años siguientes”, detalla Moreno.

Cuidar de los depredadores: perros y humanos

Sin embargo, la anidación de tortugas presenta dos principales riesgos: la presencia de los humanos y de perros salvajes que atacan los nidos para devorarlos, según explicó la bióloga Moreno.

“Los nidos que dejamos en el lugar ‘in situ’ es pérdida total porque quedan ahí y los perros van prácticamente en manada, en jaurías, a depredar en toda la playa. Estos perros son abandonados (...) pues no tienen más que alimentarse que de los nidos de las tortugas”, lamentó Moreno.

Pero uno de los principales riesgos, según hace énfasis la experta, es la pesca de arrastre en esa zona de pueblos costeros. Inclusive, detalló, ha llegado a disminuir en el número de nidadas de tortugas cuando hay esos “eventos”.

“Se le llaman los famosos ‘bolicheros’. Ellos pasan en esta zona fuera de su rango permitido, que es una milla de la costa (...) y hemos visto la disminución de las nidadas por tortugas, cuando hay estos eventos”, sostiene Moreno.

La única tortuga que solo “visita” el Pacífico

A Panamá llegan cinco de las siete especies de tortugas marinas de todo el mundo para poner sus huevos, todas en peligro de extinción o vulnerables, según información de la web de esa fundación.

La tortuga Lora, también conocida como Golfina (Lepidochelys olivacea), es la única que “solo visita las costas del Pacífico panameño” a comparación de las otras cuatro que están en el Caribe. Además, está catalogada como una especie vulnerable, según información de Tortuguías.

Las especies presentes en ese país son, además de la Lora, la tortuga verde o negra (Chelonia mydas), una de las dos únicas especies herbívoras que existen y que además está en peligro de extinción; la tortuga Canal o Baula, (Dermochelys coriacea), la única marina sin cáscara externa y que también está en grave peligro de desaparecer.

La tortuga Marina Caguama (Caretta caretta), una de las especies más grandes con un peso de hasta 135 kilogramos y que está en peligro de extinción, y la tortuga Carey (Eretmochelys imbricata), caracterizada por su boca en forma de pico y por su apariencia cambiante de color según la temperatura del agua, y que está en riesgo de desaparecer.

En Panamá existe una ley de protección de tortugas marina desde 2008, que prohíbe la captura, retención o muerte intencional de las tortugas marinas, así como del comercio doméstico de estas, de sus huevos, partes o productos.

Fuente: EFE.

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