El mensaje fue presentado por el Gran Canciller de la Universidad, monseñor Francisco Javier Pistilli Scorzara.
El Santo Padre felicitó a los organizadores y participantes por promover un espacio de reflexión sobre el papel del pensamiento filosófico cristiano en la configuración cultural del continente, con el objetivo de “iluminar desde la fe los desafíos contemporáneos”.
A su vez, destacó que la finalidad del congreso —ser un lugar de encuentro, diagnóstico, diálogo y proyección— “es un propósito loable que se opone a la tentación de quienes han visto en la reflexión racional una amenaza para la pureza de la fe cristiana”.
En su mensaje, León XIV abordó la relación entre la fe y la razón, tema central de la tradición intelectual de la Iglesia. Citando a san Agustín, recordó que “quien reprueba indistintamente toda filosofía condena el mismo amor a la sabiduría”, e invitó a los creyentes a no mantenerse distantes de las distintas corrientes filosóficas, sino a dialogar con ellas desde la luz de la Escritura.
“El creyente no debería mantenerse distante de lo que proponen las diversas escuelas filosóficas, sino entrar en diálogo con ellas desde la Sagrada Escritura”, señaló al reafirmar la importancia del pensamiento como medio de comunión y testimonio.
Asimismo, el Papa advirtió sobre los límites del racionalismo cuando pretende sustituir la fe. “La razón cerrada a la luz de la fe se convierte en sombra de sí misma”, advirtió, refiriéndose a la pretensión moderna de alcanzar el conocimiento trascendente solo mediante el análisis racional.
Recordó ejemplos históricos de esta tendencia, como el pelagianismo o las especulaciones de Hegel sobre el espíritu absoluto, y enfatizó que “no todo lo que se reviste del nombre de racional o filosófico posee en sí mismo idéntico valor”.
Su fecundidad, añadió, depende de su conformidad con la verdad del ser y su apertura a la gracia.
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El Pontífice también resaltó la riqueza del diálogo entre la fe y la filosofía a lo largo de los siglos, evocando figuras fundamentales como san Justino, filósofo y mártir; san Buenaventura; y santo Tomás de Aquino, quienes demostraron que “la racionalidad humana es un don expresamente querido por el Creador, y que la búsqueda más profunda de nuestra inteligencia tiende hacia la sabiduría que se manifiesta en la creación y alcanza su culmen en el encuentro con nuestro Señor Jesucristo”.
Citó además a san Juan Pablo II, recordando su encíclica Fides et Ratio, donde se afirma que “la relación íntima entre la sabiduría teológica y el saber filosófico es una de las riquezas más originales de la tradición cristiana”.
En ese sentido, León XIV señaló que “el pensador cristiano está llamado a ser un recordatorio vivo de la auténtica vocación filosófica como búsqueda honesta y perseverante de la sabiduría”.
Tecnología y crisis
El Papa dedicó también una reflexión sobre el contexto actual, marcado por la aceleración tecnológica y la crisis de sentido.
“En tiempos en que tantas cosas, y aun las personas mismas, se ven como descartables, y en que la multiplicación de avances tecnológicos parece dejar en penumbra los problemas más trascendentes, la filosofía tiene mucho que cuestionar y mucho que ofrecer en el diálogo entre fe y razón, e Iglesia y mundo”, expresó.
Finalmente, al referirse al aspecto de la proyección, el Pontífice exhortó a los filósofos creyentes a contribuir desde América Latina a una filosofía que trascienda las fronteras culturales.
“Sin perder de vista las riquezas culturales, estos pensadores deben situarlas dentro del conjunto de las grandes tradiciones del pensamiento”, afirmó.
Para el Santo Padre, la filosofía no puede limitarse a proclamar lo propio de una cultura, sino que debe buscar la verdad universal que “revela la dignidad del hombre creado a imagen de Dios, la clara distinción entre el bien y el mal, y la fascinante estructura de lo real que conduce al Creador y Redentor”.
El Congreso Internacional de Filosofía, que reúne a investigadores, docentes y estudiantes de diversos países en Asunción, busca ofrecer una plataforma de reflexión sobre los aportes del pensamiento cristiano a la cultura latinoamericana, destacaron los organizadores.
El acto de apertura tuvo como momento central la conferencia magistral del Dr. Rodrigo Guerra López, Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, quien desarrolló el tema “Filosofía Cristiana en América Latina: Identidad y Desafíos”.