Carlos Manuel Peralta
cperalta@uhora.com.py
El director del Instituto de Desarrollo del Pensamiento Patria Soñada (IDPPS) y ex ministro de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), José Altamirano, hizo un recuento de lo que dejó el Foro Latinoamericano de las Ideas 2023, que reunió a varios líderes políticos de la región y ex mandatarios latinoamericanos la semana pasada en nuestro país donde se desarrollaron temas como los desafíos de la democracia después de la pandemia, economía verde, educación, ciencia, investigación, geopolítica y otras cuestiones de interés general. El jurista lamentó el triste papel que ejerce actualmente la oposición en el país, “que dejó la cancha libre” al cartismo para que pueda copar las instituciones a su antojo”, aunque dejó en claro que esta situación se da más que nada por la “tremenda inutilidad” de los actores políticos. Sostuvo que se deben dar espacios a nuevos liderazgos y asumir el fracaso rotundo de los que deben o dicen ser opositores.
–¿Cuál es el balance que hace sobre el Foro Latinoamericano?
–Ha sido sumamente positivo. Tuvimos la presencia de expertos y científicos quienes expusieron aparte de los ex presidentes. Eso genera una visualización de nuestra gente. Acá en Paraguay hay gente suficientemente calificada, pero lamentablemente no tiene la visualización suficiente.
– ¿Y por qué pasa eso?
–Por falta de protagonismo, porque no se ha trabajado sobre los liderazgos y las nuevas élites intelectuales de nuestro medio. Siempre hubo una especie de tapón hacia arriba. No existen relevos. Tiene que haber un relevo de funciones. Las élites tienen que tener la dinámica de sustituir y reemplazar. Hay que preparar a la gente para que nos sustituyan porque los años pasan.
–De acuerdo a lo que expresaron los ex presidentes sobre cada uno de sus países, en América del Sur. ¿Los pueblos están satisfechos con la democracia que tienen?
–Quisimos descubrir y recibir las ideas de cuanto más referentes podamos tener para que generemos nosotros nuestro propio proyecto de futuro. Porque hay una insatisfacción respecto a la eficiencia más que nada, no culpemos a los instrumentos, sino al que opera el instrumento. Tenemos el gran déficit de culpar a los sistemas. Somos los hombres los que operamos el sistema. El gran déficit de nuestros países es el saneamiento moral y cívico.
–¿Por qué no satisfacen los gobiernos electos democráticamente a las sociedades?
–Tiene que ver con la participación de la ciudadanía. Esa respuesta es la que debe tratar de conseguir una armonía. Tiene que haber una correlación y obviamente que existirán reclamos, pero la propia participación es la que falta, le damos autorización a nuestros representantes, pero no existe más esa fiscalización o control, entonces, nuestros representantes no nos representan. Hay una carencia de conexión entre el mandante y el mandado.
–Un ejemplo es nuestro país, que no arranca y continúa con las desigualdades. ¿Qué se puede hacer?
–Hay que evaluar muchas cosas, pero nuestro país está dando un salto significativo, pero no nos damos cuenta ni lo estamos advirtiendo.
–¿En qué sentido?
–En todos los ámbitos. Estamos dando pasos gigantescos, pero falta una adecuación, debemos ser nosotros los sujetos históricos del futuro de nuestro país, elaborar nuestro proyecto a futuro porque de lo contrario nos van a imponer la agenda de otros países y los grandes grupos de intereses mundiales.
–Hay gente muy preparada en nuestro país, pero no están donde deben y la calidad de la representación es cada vez peor. ¿Cómo mejorar ese aspecto cuando en el mismo Congreso o en otras instituciones existe personas cuestionadas, con antecedentes y sospechadas de corrupción?
–Cuando exista ese mutuo control y cuando la gente ya no tenga miedo de salir a luchar al campo de batalla. Porque si cada uno se queda en la comodidad y en su cama nunca tendremos un cambio. Paraguay nunca será diferente con paraguayos indiferentes. Si nos quedamos en la casa y no aportamos o hacemos algo, o hacer escuchar la voz, no se puede, hay que ser protagonistas. Existe una necesidad de que todos comencemos a dar de nuestra parte lo mejor que podamos y esperar que esa intervención produzca el retorno.
–Como ex ministro de la Corte, ¿de qué manera la Justicia puede colaborar en la lucha contra el crimen organizado? ¿Cómo evitar que jueces y fiscales sean comprados o funcionales al crimen organizado?
–Cuando tenga soportes reales y sean capaces de poner primero el honor, la integridad y que no tengan la cobardía de la función y sean solamente funcionales a los requerimientos. Cuando los jueces sean personas fiables y tengan agallas para que sean realmente ejemplares en su vida y merezcan respeto y consideración porque no es posible que la fama, el honor y la fortuna estén en manos de canallas.
–¿Cuál es su criterio respecto a un partido que gana legítimamente las elecciones? ¿Debe dar espacio a la oposición o debe poner a los mejores hombres en los cargos sin mirar colores?
–Los partidos políticos tienen por objetivo llegar al poder. Yo no puedo culpar de mi inutilidad por la victoria del que me gana. No es posible, es tan estúpido eso del copamiento, ¿cómo no va a haber copamiento si eso es lo que se ha buscado? Lo que hacen es autoculparse de la inutilidad y decir, bueno, cometimos ese error y ¿cómo hacemos para mejorar? Pero si yo mismo le estoy dando toda la cancha ¿de qué me puedo quejar? Porque no se asume la incompetencia y el error que se tuvo y se asume la honorabilidad de decir que se ha fracasado y vamos a trabajar con la juventud y preparar a los jóvenes.
–¿Cómo puede reivindicarse la oposición?
–Sincerarse es el único camino que le puede reivindicar a esta gente, porque justamente las élites, los intelectuales, los jóvenes, la renovación no se da, y ¿cómo se pretende tener éxito? Justamente, aquellos que hicieron el esfuerzo por mejorar y ganar no son los culpables. Esa es una de las lecciones básicas que debemos aprender, darse cuenta de que si he tenido fracaso y no pude ganar es hora de que me retire y dé el espacio. Que tengamos un poco la generosidad y la valentía de enfrentar. Eso va a servir para ganar nuevos espacios más adelante.
–Muchos creen y afirman que el copamiento en las instituciones por parte de un solo signo político es una amenaza para la democracia...
–Lamento que se le haya dado toda la cancha libre (al cartismo). Esa es la verdad. Pero ¿qué grupo que no tiene siquiera la capacidad de juntarse con sus pares puede decir nosotros somos opositores? Todo el mundo va por su lado. Eso es un verdadero fracaso. Fracaso total que deben asumir. Si yo soy un opositor y no soy capaz de sentarme con el otro opositor, sino que le regalo el campo ¿de qué me quejo? No es posible. Es la inutilidad manifiesta de la condición de dirigentes que tienen. Y deben culparse. Solamente el día en que adviertan de su propia falencia y tengan la grandeza de decir no hemos podido lograr esto, entonces, se darán espacio a nueva gente.
No culpemos a los instrumentos, sino al que opera el instrumento. Somos los hombres los que operamos el sistema. Hay que sanear.
No existe más esa fiscalización o control, entonces, nuestros representantes no nos representan. Tiene que haber más participación.
Los partidos políticos tienen por objetivo llegar al poder. Yo no puedo culpar de mi inutilidad a la victoria del que me gana