31 ago. 2025

La guerra del dólar

El presidente Trump publicó la semana pasada una carta dirigida al presidente Lula en la que le informaba sobre la imposición de tarifas en el orden del cincuenta por ciento para las exportaciones brasileñas a los Estados Unidos. Las razones esgrimidas no están del todo claras.
En primer lugar, porque, aparentemente, la carta de Trump era un template, que solo se completa cambiando los porcentajes de tarifas y los destinatarios. Son notas oficiales destinadas a cualquier país, al cual los Estados Unidos le estarían aplicando tarifas proteccionistas porque, según Trump, estas medidas son justas y corresponden por el déficit comercial que su país mantiene en forma permanente en su intercambio con el otro país, en este caso Brasil. Al ir a los números, no obstante, se puede observar que el template fue mal utilizado, ya que en modo inverso es Brasil el que tiene un déficit en su balanza comercial con los EEUU y, como le respondió Lula en entrevistas y conferencias de prensa, si él aplicara la doctrina Trump, es Brasil el que debería establecer tarifas a los productos de los Estados Unidos, lo que el presidente brasileño no creía que era conveniente conforme a las leyes del libre mercado.

En segundo lugar, Trump confunde al mundo todo y más al Gobierno del vecino país, cuando dice, entre las justificaciones de su exagerada alza tarifaria al Brasil, que el juicio a Bolsonaro de parte de la Justicia brasileña (con relación al intento golpista que puede llevar a prisión al ex presidente) es una persecución política que no corresponde. Es decir, Trump afirma que una medida administrativa suya está relacionada con asuntos internos del Brasil interfiriendo en la soberanía brasileña. Esto lo dice la prensa que responde a la Faría Lima (el epicentro financiero del Brasil) y lo dicen incluso algunos empresarios bolsonaristas que serán perjudicados en sus ventas en USA.

En tercer lugar, es importante recordar que cuando Trump toma una medida o realiza alguna acción geopolítica, no siempre muestra todas sus cartas y actúa de manera difusa, no toda transparente, porque lo que él arguye siempre tiene razones estratégicas que están subyacentes, que uno debe saber adivinar, intuir o especular. Recuerden cuando maltrató a Zelensky, casi justificando a Putin; en algún momento emergió el disgusto por los negocios que la familia Biden tenía con Ucrania y el apoyo del presidente ucraniano a la campaña de Biden contra Trump cuando este no logró la reelección en el 2020. Por eso, más abajo les cuento qué es lo que a mí me parece que es la principal bronca que Trump tiene contra Lula y por eso las tarifas. No abandonen la lectura. Sigamos.

En cuarto lugar, no debemos olvidar la ideología históricamente proteccionista de Donald Trump en contra de los desequilibrios externos con el resto del mundo en forma general, ahora sí bastante objetivos. Estas son las principales preocupacions del presidente Trump, no solo de ahora, sino que desde los años ochenta y noventa del siglo pasado cuando era un empresario que advertía públicamente en contra de los perjuicios que causaba a su país la invasión de productos asiáticos. En aquella época el problema era Japón, hoy es la China. Escribí un artículo en esta misma columna titulado El nuevo orden monetario internacional donde expuse sobre el acuerdo de Mar-a-Lago. En este artículo supuse que en diciembre del 2024, pocos días antes del ascenso al mando de Trump, Bessent, hoy secretario del Tesoro, el presidente electo y Miran (un economista que escribió un paper de 40 páginas que descubrí por pura casualidad, donde cuenta la estrategia) se pusieron de acuerdo en hacer que el dólar valga menos, así recuperar competitividad internacional e imponer barreras a China y al mundo todo para restaurar el equilibrio externo, tanto comercial como en cuenta corriente. Nada mal. Algo racional, a primera vista. En este sentido, el tarifazo al mundo tiene alguna razón, muy diferente al tema Bolsonaro, que no pega ni con cola por razones de soberanía. Pero repito, con Brasil las generales sobre el supuesto desequilibrio comercial no encajaban, esto era una falacia narrativa.

En quinto lugar, hay algo geopolítico y geonómico, que creo es la principal razón, un tanto oculta o no explícita, que Trump tiene entre las mangas para aplicar las tarifas al Brasil, o mejor a Lula. Me refiero a otro objetivo que figura en el paper de Miran, actual chairman del consejo de asesores económicos del presidente, que no figura en la reciente carta abierta por redes sociales publicada por Trump puniendo al Brasil de Lula. Estoy hablando de mantener a la divisa estadounidense como la principal moneda del mundo, desde Breton Woods en 1944. Este es un privilegio exorbitante que tiene el gran país norteamericano bajo la hegemonía del dólar como moneda de intercambio internacional, además, de reserva de naciones y de reserva para acumular riquezas por parte de los particulares. Sobre el primer papel de privilegio, Lula ha venido lanzando amenazas reiteradas en contra del dólar, sobre todo en foros de los BRICS.

“No necesitamos del dólar para comerciar entre nosotros y con el resto del mundo”, dijo en forma concreta en una ocasión. Para poder hacer este tipo de bravuconadas un país debe comprar y tener reservas de oro en modo creciente y abundante, como hacen China e India, de manera que algún día sus monedas puedan sustituir en parte o en todo al dólar, para el intercambio internacional. No es el caso del Brasil que no adquiere ni tiene grandes reservas en oro y que, si bien es un país extenso y tiene al pulmón amazónico, no es un jugador que puede torcer la balanza en contra de los Estados Unidos en dimensión alguna, económica, militar, etc.

En otras palabras, en este pentágono expuesto más arriba: Lula desafió a Trump en foros internacionales atacando el privilegio exorbitante del dólar y Trump le responde con tarifas en el comercio exterior e inmiscuyéndose incluso en la politica y en la independencia de la justicia del mismo Brasil. Es un moquete medio raro, donde la derecha del norte apela al proteccionismo y el de la izquierda del sur global reivindica el libre mercado sin barreras tarifarias. Admirable mundo loco.

La geopolítica trata de la dialéctica de intereses internacionales en conflicto. América del Sur solía ser una región orgánica no contaminada por las grandes disputas globalizadas. Ahora Brasil, aliado en el grupo de los BRICS, entró a la cancha desafiando al gigante del norte y este respondió con fuerza. Lula dice que va a tomar medidas recíprocas y se podría decir que ambas naciones están en una especie de guerra comercial todavía de baja intensidad pero que puede escalar.

Según Olivier Zunz, el poder hegemónico de los Estados Unidos en modo blando se basó en una clase media abundante con la producción masiva y el consumismo permanente; la industria cultural; la filantropía de algunos de sus hombres de negocios; la investigación y el desarrollo impulsado en especial desde el Estado y; los métodos modernos de gestión con el marketing y la psicología social para expandir los mercados. Yo le agregaría al dólar como moneda de aceptación universal.

Este soft power ahora está siendo contestado en todas sus dimensiones. Algunos países como China con un poderío tecnológico y comercial también equivalente, acompañado, claro, por la fuerza militar, grandes reservas de oro, y la investigación y el desarrollo en el mundo de las ciencias. Otros como Rusia y Brasil, sin embargo, están queriendo enfrentar a los Estados Unidos de Trump, sólo desde una perspectiva filosófica y política, con discursos desdolarizados. La guerra por quién va a mandar en el mundo en materia monetaria está recién comenzando.

Mientras tanto, estoy viajando por la Unión Europea paseando e investigando por qué sus ciudadanos, que a principios de siglo tenían el mismo ingreso per cápita similar a los estadounidenses, hoy se han empobrecido comparativamente y tienen la mitad de los que viven en los Estados Unidos. De paso, ¨voy a probar si esa moda supuestamente perversa de la onda Woke y LGBT de la UE, que tanto les preocupa al quincho y al movimiento HC, es cierto que se contagia¨. Por las dudas, viajé con la patrona. Saludos cordiales.

Estoy hablando de mantener a la divisa estadounidense como la principal moneda del mundo, desde Breton Woods en 1944.

La derecha del norte apela al proteccionismo y el de la izquierda del sur global reivindica el libre mercado sin barreras tarifarias.

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