Los repetidos cortes en el suministro de la energía eléctrica tienen consecuencias graves, en la calle la gente puede ver cómo dejan de funcionar los semáforos y aumenta el caos vehicular, pero también hay otras graves consecuencias cuando estos cortes afectan a hospitales y laboratorios. Ante la falta de energía, padecen las personas mayores y enfermas, los niños y todo el colectivo social, que soporta impaciente y con estoicismo la difícil situación.
Señalan los expertos que Paraguay comenzó a romper récords de calor de forma sistemática y frecuente en los últimos cuatro años, esto con respecto al clima histórico registrado en los últimos cien años, y advierten que los eventos extremos serán cada vez más frecuentes. Es que el calentamiento global provoca que el clima sufra fenómenos extremos, como es el caso actual de la ola de calor, o también las tormentas y otros eventos severos. Lo que estamos viviendo actualmente, opinan los estudiosos, es un efecto tanto atmosférico como de la influencia del hombre. En cuanto a las consecuencias, resulta más que evidente su impacto para la salud humana, como así también consecuencias socioeconómicas.
Disponiendo de abundante información de expertos tanto locales como a nivel internacional, es inconcebible que nuestras autoridades no hayan sido capaces de tomar las medidas necesarias para poder enfrentar la mayor demanda de consumo.
La excusa de la falta de inversión es un argumento que repiten las autoridades de cada gobierno, desde hace varias décadas. Considerando que gobierna desde hace más de setenta años el mismo partido político, es más que evidente qué sectores deben asumir la responsabilidad ante tanta incompetencia.
Los servicios de energía eléctrica y de agua potable son recursos estratégicos fundamentales para el país. La sociedad no debe permitir que la clase política ponga en primer lugar su propia conveniencia, u otros obscuros intereses y potenciales beneficios para sectores políticos y económicos, por encima de los derechos y del bienestar de la población. No debe permitirse que funcionarios o políticos destruyan nuestro patrimonio para luego venderlo a su conveniencia con dudosas maniobras de privatización. Los servicios pueden ser racionalizados, pero jamás vendidos para que solamente ganen unos pocos y pierda todo el pueblo paraguayo. Si hacen esto, equivaldría a una verdadera traición a la Patria.
Esperamos de las autoridades que tomen nota de la actual situación generada por el cambio climático, que resulta evidente va a suponer en el futuro inmediato un aumento del consumo. “Nunca se registró, históricamente, en el sistema eléctrico paraguayo, un aumento tan importante del consumo de energía eléctrica”, afirmaba el titular de la ANDE, y precisamente es para estas contingencias para las que el sistema debería estar preparado. Al mismo tiempo, mencionó el grado de inversión necesario, explicando que en el 2020 fueron ejecutados USD 270 millones, lo cual se considera un récord histórico de inversión de la institución, y que en los últimos tres años ya se ejecutaron más de USD 900 millones.
La calidad de vida de los paraguayos y las paraguayas depende de que continúen estas necesarias inversiones, de que todo se haga con transparencia y eficiencia para poder dar calidad de vida a un sufrido pueblo paraguayo que está cansado de pagar altos impuestos y a cambio recibir tan ineficientes servicios públicos.