Las llamas se habrían iniciado en horas de la noche y afectaron dos lotes. La quemazón duró toda la noche causando temor de los vecinos, debido a que corría el riesgo de que alcance algunas viviendas y los postes del tendido eléctrico.
Se desconoce cómo se produjo el siniestro, pero existen sospechas de que fue producto de la inconsciencia de los transeúntes. El agreste arbusto aquejado por la sequía propicia este tipo de incendio forestal que se propaga de manera rápida, así como ocurrió en esta ocasión.
Lo que se notó es la falta de cuerpos de bomberos en la zona para combatir este tipo de siniestros peligrosos.
Los vecinos no sabían dónde recurrir para combatir el fuego, ya que no poseen las herramientas necesarias para este tipo de eventos que suele ocasionar daños forestales; también pérdidas materiales y de ganado.
El anterior incendio fue a 12 kilómetros del casco urbano y afectó a pequeños ganaderos que aún siguen buscando algunos animales que huyeron del fuego. Además se quemaron pastizales.
En otro sector productivo, las llamas llegaron a alcanzar una moto utilizada por los trabajadores del campo, la cual quedó hecho cenizas.
Estos sucesos ponen en evidencia la orfandad de los casadeños ante las instituciones locales, que carecen de pericia en acciones concretas ante incendios de esta magnitud.