En aquel entonces el papa había visitado el país por primera vez e incluyó en su agenda a la ciudad de Villarrica. Toda la región se vio involucrada en aquella actividad que reunió a miles de personas de diferentes puntos del país.
El papa arribó al Parque Ñu Guasu, para luego dirigirse al Palacio de López donde se llevó a cabo una audiencia con el entonces Presidente Alfredo Stroessner. Además de Villarrica, también visitó el Chaco paraguayo.
Los testigos de aquella visita relataron que hubo una intensa lluvia que generó grandes charcos de agua en los lugares que estuvo en Santo Padre y que las condiciones climáticas no fue impedimento para quienes ansiaban estar cerca de Juan Pablo II.
Justa Benítez de Antar, quien participó de aquella histórica visita, señaló que conoció lo maravilloso que es estar en el cielo. Él nos mostró que si nos acercamos a Dios, y hacemos bien por lo menos algo de lo que Dios nos enseñó, podemos ser felices”, recordó.
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Por su parte, Sergio Escalada, dijo que hubo mucha gente, pero que no se llenó el lugar porque había llovido días antes y muchos no pudieron salir de su comunidad, además fue un día muy gris, incluso por momentos se presentó una llovizna tenue.
Varias personas que estuvieron como servidores tampoco pueden olvidar lo que quedó cristalizado a través de la retina de cada uno de ellos, quienes vivieron el momento más maravilloso de sus vidas. Los medios de comunicación también fueron partícipes de aquella visita y realizaron transmisiones en vivo, ya sea para canales de televisión, radios y medios impresos de la época.
La visita del papa se dio bajo la Presidencia del dictador Alfredo Stroessner quien un año después fue derrocado y exiliado al Brasil, según los antecedentes. En ese entonces, había una fuerte rigidez entre el stronismo y la Iglesia Católica. También, en aquella oportunidad, el religioso paraguayo Roque González de Santa Cruz fue canonizado como el primer santo paraguayo.