Actualmente, los intermediarios están pagando G. 4.000 por cada kilo de tomate, luego de un periodo de baja. Todavía está lejos de los G. 7.000 que conseguían los productores a inicio de la cosecha, teniendo en cuenta además el alto costo productivo del tomate, comentó Gregorio Ocampos, de la Asociación de Productores de Yhú, del Departamento de Caaguazú. En ese sentido, dijo que se están analizando alternativas como el uso de insumos biológicos ante los encarecidos agroquímicos.
“El año pasado cubrimos hasta enero, pero este año no creo porque muchos productores dejaron de plantar por los precios bajos del 2022”, comentó sobre los riesgos que está tratando de evitar parte del sector hortícola.
En simultáneo a las cosechas, se están echando más semillas, pero con mayor interés hacia el locote.
Este rubro se mantuvo más estable con precios de entre G. 6.000 y 7.000 por kilo, una tendencia que motiva más a los productores a seguir apostando por el locote en los próximos meses.