Marisol Ramírez
@Lic.MarisolRamirez
Venancio Benigno López, rebautizado por él mismo como Moneco, y así conocido en el ámbito periodístico, fue uno de los pilares del humor en el diario Última Hora. Dio vida a la ocurrente Página total y a la columna Tocata y fuga (en la Revista Vida). En esta última, también volcaba análisis coyunturales, revestidos de su particular estilo.
Página total fue un espacio donde toda la creatividad de Moneco se ponía en marcha. Comenzó a publicarse en setiembre de 1991 hasta el 2005. “Se me ocurrió una mañana, le mostré la idea a Papu (Demetrio Rojas, director propietario del entonces vespertino), le gustó y arrancamos”, recordó.
Cuando Fiorello Botti dejó ÚH, López ocupó el espacio de humor junto al dibujante Mario Casartelli, haciendo los guiones. “Página total enseguida fue un éxito”, expresó.
Lejos estaba la era de internet que ocuparía esos espacios de sátira y farsa, a través de memes y otras creatividades en torno a temas coyunturales, los que fluían gracias a la genialidad de Moneco.
“Siempre elaboré solo Página total, con apoyo de gente brillante, como Osvaldo Oliveira (infografista), René González (paginador), que era un genio”, destacó el periodista y guionista, y sumó que González hacía cosas maravillosas sin la ayuda de la tecnología actual.
El contenido jugaba mucho con la sátira, el humor irónico y mordaz. “Gente que tome en serio, o que se enoje por lo que ahí se publicaba, era muy raro que aparezca en la Redacción”, recordó.
De las anécdotas resaltó aquella vez que Yoyito Franco se molestó porque publicó una foto retocada de su esposa, “y lo comentó en un programa de Humberto Rubin”. Era en un contexto de elecciones.
Otro recuerdo rescatado es cuando una lectora contactó con Antonio Breglia, ex director comercial de ÚH, y se quejó porque “sacaron el foquito que está arriba a la derecha, que no recuerdo por qué sacó René. A la semana siguiente volvió el foquito que —según dijo— era lo más lindo y simpático de la página”.
De la propuesta humorística, Moneco recuerda la inocencia. “No había agresiones, nunca le traté a nadie de ladrón, etc. Solamente ofrecía humor”, rememoró.
En cambio, en Diálogos improbables pero no imposibles, publicados en la Revista Vida, “tenía conversaciones del presente, pasado o del futuro, a veces autoincriminatorios, para los personajes. Les trataba de ladrón, contrabandista, hasta de asesino, pero nunca tuve problemas por eso, nunca me demandaron, nunca tuve problemas legales”.
TOCATA Y FUGA. De su columna Tocata y fuga —también parte de Vida—, recordó que le enseñó a mejorar su poder de síntesis. “A veces, tenía 20 líneas, a veces 45, dependía del espacio que le diera el diagramador a Mirian Morán (entonces, la directora de la revista). Eso me dio un gran ejercicio, eso de escritura”, detalla.
Para esas columnas, la inspiración nacía de la realidad de la sociedad. “A veces, me surgían nomás, a veces ya me levantaba con un tema específico en la cabeza, otras, leyendo lo que pasaba en el país y el mundo (a través de noticias internacionales)”.
Finalmente, resaltó los buenos recuerdos en la Redacción del diario y su reticencia a reemplazar la máquina de escribir por la PC.