EFE
Una de las integrantes de este dúo, caracterizado por sus combinaciones de guitarra y cajón peruano, Brigitte Dávila, explicó a Efe que su intención es que quienes acudan a partir de hoy a sus conciertos se conviertan en “transporte de alegría” para los vagabundos.
“Queremos regalarle un día de Navidad de familia, que se acuesten esa noche felices por lo que vivieron con nosotras. Se nos llena el pecho con esta idea de brindarle algo a los más necesitados”, dijo Dávila que, junto a Mily Camacho, tiene prevista una serie de conciertos durante esta semana por distintos locales de Puerto Rico.
Los interesados en participar pueden donar desde jabones y cepillos de dientes, hasta ropa, sábanas o almohadas, que a partir del próximo 21 de diciembre las cantautoras repartirán entre los vagabundos de diversos barrios de la capital, San Juan, y sus alrededores.
A la joven artista “la soledad y el rechazo” son los dos aspectos que más le preocupan de los vagabundos que pueblan las esquinas y los semáforos de Puerto Rico pidiendo limosna.
“Me piden dinero en todas las luces. La gente necesita, la gente se siente sola en la calle. Lo mínimo que quieren es hablar con alguien”, afirmó.
Su compañera Mily Camacho agregó que con esta iniciativa no buscan publicidad, sino que los más necesitados “sientan que somos su familia”.
“Comenzamos en Navidad pero si hay que hacerlo mil veces, pues lo haremos mil veces”, aseguró la integrante de un grupo que se ha abierto paso en la industria musical de la isla, combinando la guitarra y el cajón peruano, un instrumento de percusión de madera sobre el que el músico se sienta a horcajadas para hacerlo sonar golpeándolo con las palmas o las puntas de los dedos.
Este instrumento, relativamente poco conocido en Puerto Rico, es uno de los más emblemáticos y versátiles de la cultura afroperuana y criolla de Perú, hasta el punto que en 2001 fue declarado Patrimonio Nacional.