El estado de abandono en el que se encuentra el complejo de edificios del Gobierno, ubicado en la privilegiada zona del Puerto de Asunción, es una forma de engaño al contribuyente. Esos elefantes blancos que rompen la visión hacia el río, no solamente no están siendo utilizados para cumplir con el objetivo para los que fueron construidos, sino que además siguen representando un gasto de los recursos públicos. Mientras que los administradores del Estado siguen gastando el dinero del contribuyente en caros alquileres para sus oficinas.
Estas torres de oficinas que se elevan mirando al río Paraguay, ociosas, desocupadas y abandonadas, son el único vestigio que queda de aquel gran proyecto que buscaba la rehabilitación y mejoramiento de infraestructura urbana y de transporte, para contribuir a mejorar la calidad de vida de la población, revitalizar la capital con vías peatonales y senderos para bicicletas, renovación y conformación de parques, construcción de obras de saneamiento pluvial y alcantarillado, etc.
La población no solamente no ha visto una mejora en su calidad de vida, sino que además debe observar cómo el Estado a través de sus administradores siguen desperdiciando los recursos públicos.
Una vez inaugurado el año pasado, durante el gobierno de Mario Abdo Benítez, el complejo debía concentrar las oficinas gubernamentales, lo que supondría un ahorro de tiempo en las gestiones y dinero del pago de alquileres. Sin embargo, nada de esto sucedió. Por eso, hoy los edificios no están ocupados por los funcionarios públicos y subsisten entre malezas, telarañas y un triste estado de abandono.
Fuentes oficiales afirmaron a ÚH que no se ha producido la mudanza a esos espacios porque no se cuenta con el mobiliario adecuado, y por eso el Estado paraguayo continúa gastando ingentes cantidades de dinero alquilando oficinas.
De las nuevas Oficinas de Gobierno, la torre más elevada corresponde al Ministerio de Educación con 16 pisos; le sigue la del Ministerio de Obras Públicas con 13 pisos, y la del Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat, que compartirá 12 niveles con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Pero, de momento solo la Torre 4, está ocupada por las oficinas de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios, y una parte ocupa el MOPC.
La realidad es que esta infraestructura situada en una ubicación envidiable y que costó cerca de USD 100 millones, pese a su potencial, está abandonada, mientras las instituciones siguen pagando altas cuotas de alquileres por edificios viejos y poco funcionales para los funcionarios y los usuarios.
Se calcula que las instituciones del Estado gastan aproximadamente unos USD 10 millones al año en alquileres, lo cual se paga con recursos públicos, es decir, con dinero de los contribuyentes.
El complejo es mucho más que un cascarón vacío. Este predio cuenta con amplios sectores para la atención al público y áreas para las oficinas de los funcionarios, con tipología de planta libre, lo que hace posible que cada institución disponga de estos espacios de acuerdo con sus necesidades. Además, cuenta con una línea subterránea de 23 voltios con el fin de garantizar el suministro de energía eléctrica a todos los edificios. La excusa que ofrecen las autoridades de que no hay recursos para amoblar y para la provisión de internet es inaceptable. Son solamente excusas de pésimos administradores de la cosa pública.
La sociedad no puede aceptar que sigan dilapidando recursos públicos en alquileres, como los que paga el Ministerio de Educación más de G. 18.000 millones en alquileres de edificios cada año, mientras se dispone de una infraestructura apta para el trabajo de los funcionarios.
Esa es una estafa al pueblo que paga sus impuestos.