La investigación realizada por Baruffaldi, junto con la profesora Maydianne Andrade, fue realizada en el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable de Uruguay y señala que en el caso de la Latrodectus mirabilis, la hembra procede a comerse al macho sin que este se ofrezca a ser consumido durante el apareamiento.
Hasta ahora, en otras especies de Latrodectus en las que se había observado el canibalismo sexual durante la cópula era el macho el que se ofrecía a ser devorado por la hembra durante el apareamiento.
Pero como señaló a EFE Baruffaldi, en el caso de L. mirabilis, denominada comúnmente araña del lino o rastrojera y que habita en Uruguay, sur de Brasil y Argentina, el comportamiento difiere de lo observado hasta ahora.
Con anterioridad, otros investigadores habían apuntado que durante la cópula, en especies de viuda negra como L. hasselti y L. geometricus, los machos realizan una voltereta para posicionar su abdomen en el aparato bucal de la hembra.
“En algunos casos, la hembra lo come, pero en otros no. Si no se lo come, él vuelve a su posición y termina el apareamiento”, dijo Baruffaldi.
“En esta especie, lo que vimos es que durante el apareamiento es la hembra la que empieza como a ‘mordisquear’ las patas del macho, un comportamiento no observado antes, después lo envuelve en su seda para inmovilizarlo y lo posiciona para consumirlo”, explicó Baruffaldi.
Y mientras todo esto sucede, las dos arañas siguen con el apareamiento.
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“Cuando la hembra empieza a ‘mordisquear’ las patas, el macho todavía sigue con la cópula. Este comportamiento de la hembra podría aumentar las oportunidades del macho de transferir más esperma, u otras sustancias, porque puede alargar la cópula”, continuó la investigadora.
Baruffaldi añadió que otra posible explicación de esta forma de canibalismo sexual es que “en estas especies, los machos son muy pequeños. Y se ha demostrado en otras especies del mismo género que encontrar otra hembra es muy difícil. La mayoría de ellos mueren en esa búsqueda, por lo que estos machos podrían invertir todo en la cópula que encuentran”.
Baruffaldi dijo que aunque la diferencia parezca mínima entre el canibalismo sexual en el que el macho es el que se ofrece a la hembra durante la cópula, “evolutivamente puede tener implicaciones muy diferentes porque podría ser un comportamiento precursor a lo observado en otras especies”.
La investigadora realizó el experimento inicial en Uruguay tras recoger los especímenes de la L. mirabilis en el país. Posteriormente, reprodujo el experimento en el laboratorio de la profesora Andrade en la Universidad de Toronto Scarborough, donde es profesora asociada, y comprobó que el comportamiento se repetía.
Pero la científica constató que la frecuencia de casos en los que la hembra devoraba al macho era menor en Canadá que en Uruguay.
En los experimentos realizados en el país sudamericano, las tasas de canibalismo eran de entre el 70% y el 85%, pero en Canadá la cifra fue significativamente inferior, de alrededor de un 30%.
Baruffaldi indicó que la diferencia puede ser fruto del “historial” de los ejemplares.
Una de las posibles explicaciones en las diferentes frecuencias de canibalismo es que las arañas estudiadas en Uruguay procedían de un ambiente natural, donde hay más escasez de alimentos, mientras que las que viajaron a Toronto habían nacido en cautiverio donde nunca faltó alimento.
Pero Baruffaldi y Andrade consideran que las características de la L. mirabilis hace que esta especie de viuda negra pueda ser una modelo para el estudio del “canibalismo sexual, conflicto y control femenino sobre la reproducción”.