Piribebuy celebrará este martes 12 de agosto el 156° aniversario de la Batalla de Piribebuy. Las actividades comenzarán a las 05:30 con la salva de cañones, se explotan tres tiros en recordación al enfrentamiento y durante la ejecución la Banda de Músicos Dimabel interpretará algunas obras alusivas en la Plaza de los Héroes. Luego se realizará el acto cultural, seguidamente el desfile cívico y otras actividades en conmemoración.
Así también Eusebio Ayala, conocida como Barrero Grande, festeja sus 255 años el 16 de agosto. Desde la Intendencia invitaron a la celebración religiosa y cultural iniciando con una misa de acción de gracias en honor al santo patrono San Roque, seguido del gran desfile cívico-estudiantil, militar y policial en honor a los niños mártires de Acosta Ñu.
En otra zona de Cordillera, Isla Pucú, también se recuerda el 18 de agosto de 1869, Ka’aguy Juru, la batalla librada en esa zona, donde alrededor de 1.200 paraguayos estaban al mando del coronel Pedro Hermosa, el comandante de Infantería Julián Escobar y el comandante Victoriano Bernal, con la misión de cubrir el paso de las tropas de López hacia Santaní. La batalla finalizó con las líneas paraguayas rotas, con 200 muertos y varios oficiales paraguayos torturados y degollados.
La ciudad de Isla Pucú realizará un acto en conmemoración de la batalla desde las 08:00.
La Campaña de las Cordilleras
La Campaña de las Cordilleras (1869-1870) fue la quinta y última fase de la Guerra de la Triple Alianza. Duró desde fines de julio de 1869 hasta el 1 de marzo de 1870.
Abarcó los cerros entre los departamentos de Cordillera, Central y Paraguarí, formando parte de la gran Meseta Brasileña.
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Se extiende desde el río Paraguay hasta las serranías de Ybycuí, donde tuvieron lugar los enfrentamientos bélicos del mes de agosto de 1869 durante la Guerra Grande.
Después de la caída de Asunción, en enero de 1869, el Mariscal Francisco Solano López, en ese entonces presidente de Paraguay, se replegó hacia la región de las Cordilleras, donde organizó un nuevo ejército para continuar la resistencia.
López estableció su cuartel general en Cerro León (Paraguarí) y reorganizó sus fuerzas, que sumaban alrededor de 13.000 hombres, incluyendo reclutas jóvenes y veteranos.
El ejército paraguayo se enfrentó a los aliados, liderados por el Conde d’Eu, quien había sido nombrado comandante en jefe de las fuerzas aliadas en marzo de 1869.
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La campaña se caracterizó por una serie de batallas y escaramuzas en las que los paraguayos lucharon con valentía, pero fueron superados en número y armamento por los aliados.
En el puente del Yukyry, los paraguayos atacaron a los imperiales y les causaron grandes pérdidas, pero finalmente se retiraron sin poder reconquistar la pasarela.
Los aliados, liderados por el Conde d’Eu, atacaron la ciudad de Piribebuy, defendida por el teniente coronel Pedro Pablo Caballero y 2.000 hombres. Después de una lucha intensa, la ciudad cayó. Los aliados saquearon e incendiaron el Hospital de Sangre y mataron a cientos de heridos y enfermos.
La Batalla de Acosta Ñu fue un enfrentamiento brutal y desigual que ocurrió el 16 de agosto de 1869. En este trágico evento, miles de niños paraguayos, muchos de ellos disfrazados de adultos con barbas postizas para parecer mayores, fueron masacrados por el ejército brasileño liderado por el Conde D’Eu.
Aproximadamente, 4.000 niños paraguayos enfrentaron a 20.000 soldados del ejército brasileño.
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La batalla fue una masacre, con niños siendo degollados o quemados vivos cuando el Conde D’Eu ordenó incendiar el campo de batalla.
El ejército paraguayo estaba debilitado y sin recursos, lo que llevó a utilizar niños y adolescentes en la batalla.
La Batalla de Acosta Ñu es recordada como uno de los episodios más trágicos pero heroicos de la Guerra de la Triple Alianza. En Paraguay, se conmemora el Día del Niño cada 16 de agosto en homenaje a los chicos que lucharon y murieron en esa contienda.
Los niños paraguayos resistieron seis horas las cargas de la caballería brasileña antes de ser masacrados. Otras historias cuentan de la escena desgarradora de niños agarrándose a las piernas de los soldados brasileños, llorando para que no los matasen, solo para ser degollados en el acto.
La guerra finalmente terminó con la muerte de Solano López.