Ante los jueces Mario García, Celia Salinas y Víctor Alfieri, continuó el juzgamiento público de Pedro Lerea, con el testimonio de dos agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) que estuvieron en el procedimiento.
En la ocasión, la fiscala María Irene Álvarez ingresó como interina de su colega Ingrid Cubilla, mientras que el acusado fue asistido por la abogada Carolina Zelaya.
El primero en declarar fue Pedro Martínez, actual jefe de la Dirección de Operaciones Urbanas de la Senad. Explicó que recibieron una denuncia anónima de los vecinos de Lerea, durante la pandemia por el Covid-19.
Indicó que la denuncia señalaba que había fiestas, ruidos molestos y mucho movimiento de gente, por lo que establecieron una vigilancia de unos 10 días. En ese tiempo, vieron que muchas personas ingresaban y salían al día siguiente, mientras que otras se iban rápidamente.
Así, explicó el testigo, solicitaron a la Fiscalía una orden de allanamiento. No recordaba exactamente la fecha, pero eran entre las 10 y las 15 horas, un día de frío en la pandemia, dijo.
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Refirió que el allanamiento se realizó con el acompañamiento de la fiscala Lorena Ledesma. Ingresaron al domicilio de Lerea y hallaron 10 personas en el lugar.
Remarcó que Lerea estaba alterado. Se le notaba que estaba amanecido, y no muy coherente, aseguró el testigo. Revisaron a todos, pero el ex vocalista musical tenía consigo cocaína en uno de los bolsillos. “Una sustancia blanquecina”, explicó aunque no recordaba cuánto.
Indicó que revisaron su dormitorio; que los llevó el mismo Lerea, donde tenía incluso un circuito cerrado. Encontraron un plato, una balanza, y bolsitas para hielo. También había dinero en efectivo, pero no recordaba cuánto.
Dio positivo
Cuando la fiscala Álvarez le preguntó cuánto era la droga, dijo que unos 20 gramos aproximadamente. También que dieron positivo a la cocaína cuando fue analizado por sistema narcotest.
Ante las consultas de la defensora, aclaró que las denuncias eran anónimas, por el miedo que la gente tenía por temor a represalias, principalmente en casos de microtráfico, por lo que pedían fotos de la casa y la ubicación nada más.
También aclaró que la vigilancia fue de unos 10 a 20 días. Además, señaló que la casa tenía varias habitaciones, la mayoría vacías, y que la vivienda había sido allanada luego de unos 4 a 6 meses, ya que tuvo arresto domiciliario, y volvió a estar en la misma situación.
Posteriormente, el agente David Medina declaró de manera telemática en el citado juicio, ya que fue también otro de los intervinientes en el allanamiento.
Otro juicio oral
Este es el segundo juicio oral sobre el caso, debido a que en el primero donde había sido condenado a 3 años y 7 meses de cárcel, fue anulado por el Tribunal de Apelación Penal, Segunda Sala, que ordenó un nuevo juicio oral.
La resolución había sido dividida. Los camaristas Bibiana Benítez Faría y José Agustín Fernández votaron por anular el fallo dictado el 26 de setiembre del 2024, por los jueces Yolanda Portillo, Héctor Capurro y María Fernanda García de Zúñiga.
El camarista Delio Vera opinó que se debía ratificar la resolución. Consideró que Lerea estaba con reproche reducido justamente por el consumo de drogas, por lo que no sabía el alcance de sus actos y si estos eran delitos.
La fiscala Ingrid Cubilla había apelado la sentencia con el argumento que los jueces tuvieron un error en la valoración de la prueba, con lo que dictaron una sentencia contradictoria.