El proyecto de ley de rotulado frontal de advertencia de alimentos envasados, conocido como de etiquetado frontal, fue tratado por segunda vez en la Cámara de Senadores, que ya aprobó la propuesta en agosto del año pasado.
La Cámara de Diputados dio su venia a la normativa el pasado noviembre con modificaciones. Aprobó eliminar del etiquetado la frase “alto en calorías”, bajo el argumento de que el requerimiento energético varía según la necesidad de cada persona, quedando solamente el aviso acerca de los niveles de azúcares saturados y sodio.
El Senado necesitaba una mayoría simple de 23 votos para ratificarse en el proyecto original, pero solamente 18 parlamentarios votaron a favor, 17 por la versión modificada, 1 se abstuvo y 9 estuvieron ausentes.
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No habiendo reunido los votos suficientes, se aceptaron los cambios de Diputados y se remitió el documento al Poder Ejecutivo para su promulgación o veto.
Los senadores de la bancada del Frente Guasu, Jorge Querey y Esperanza Martínez, defendieron en su carácter de médicos el proyecto inicial del Senado.
Querey, quien preside la Comisión de Salud Pública y Seguridad Social de la Cámara Alta, la cual dictaminó rechazar la versión de la Cámara Baja, dijo que es necesario establecer la obligatoriedad conforme a las calorías y su composición nutricional de azúcares saturadas y sodio.
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Explicó que al dejar las calorías en números no se tendrá noción de cuáles son los niveles elevados, por lo que insistió en que la advertencia debe estar en forma visible para la toma rápida de decisión del consumidor.
Sostuvo que la versión que provino de Diputados llama la atención, puesto que intenta desactivar el sentido del proyecto.
Esperanza Martínez, una de las proyectistas, indicó, por su parte, que el etiquetado guarda relación con el impacto que tiene en la salud pública en cuanto a las enfermedades crónicas cardiovasculares vinculadas al sistema inmunitario y nutricional.
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Mantuvo que esta medida contribuye con una población sana o que si tiene afección, para que no se complique y se pueda evitar una internación que implique altos costos en la salud pública “que pagamos todos”. “Es poner una simple etiqueta para que pueda ayudar a disminuir costos catastróficos”, resaltó.
El rotulado frontal de los productos procesados servirá para alertar al consumidor sobre los componentes de los alimentos, para que este los considere al momento de su compra.
La propuesta de normativa cuenta con el respaldo del Ministerio de Salud, desde donde se señala que ayudará a la prevención de varias enfermedades.
La senadora Desirée Masi, al finalizar la sesión, intervino con algunas expresiones al respecto: “Que descanse la Salud Pública”, “horrendo lo que hicieron, no tienen vergüenza”, expresó a sus colegas del pleno.
Asimismo, la legisladora comentó en sus redes sociales que finalmente por presión de “los empresarios e industriales” se modificó la forma del etiquetado, pasando del octágono negro a una “lupita”.
