Primer día, primer desafío. Apenas asumió como director interino de Tránsito y Seguridad, el inspector principal Juan Carlos González Salinas se encontró con una ciudad asfixiada por el desorden vehicular y un equipo diezmado: solo cuenta con 27 agentes disponibles para todo el operativo urbano. En medio del caos, apeló directamente a la ciudadanía: “Necesitamos colaboración. No podemos solos”.
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La designación de González se dio tras la separación temporal de Williams Florentín, removido por orden del interventor municipal Ramón Ramírez, debido a la presión ciudadana ante el descontrol del tránsito. González, con experiencia en la Patrulla Caminera, llega con la tarea de poner orden donde por años ha reinado el desborde.
“Estamos trabajando ya desde la calle, desde el primer momento”, dijo González.
Aclaró que su gestión será transitoria y que no tiene atribuciones para destituir a nadie, pero advirtió que si detecta irregularidades, elevará los informes correspondientes. “No vine a restar, vine a sumar”, subrayó.
Vacaciones escolares, alivio temporal
En medio del escenario crítico, el nuevo director encuentra un pequeño respiro: el inicio de las vacaciones escolares. “Por lo menos quince días vamos a tener menos vehículos en las calles”, explicó.
Este descenso en el flujo vehicular ayudará a preparar el terreno para la implementación de estrategias más firmes.
Sin embargo, los recursos humanos siguen siendo escasos. Gran parte del personal de tránsito está de vacaciones. “Me manejo con lo que tengo. Vamos a coordinar con la Patrulla Caminera para reforzar los puntos más complicados”, afirmó.
Sin espacio, sin soluciones mágicas
Desde la entrada hasta la salida de la ciudad, los puntos conflictivos son muchos: el kilómetro 3,5, kilómetro 7, kilómetro 10, Monseñor Rodríguez, y el microcentro. González reconoció que el problema no es nuevo y que mucho tiene que ver con el espacio físico insuficiente para tantos vehículos. “La ciudadanía exige mucho, pero colabora poco”, lanzó.
A eso se suma la saturación por los camiones que ingresan a los almacenes de los kilómetros 10 y 12, cuyos horarios coinciden con las horas pico. Aunque el respeto a los horarios establecidos para su circulación “hasta ahora se cumple”, González admitió que se necesita un trabajo coordinado con todos los actores, incluyendo la Receita Federal del Brasil.
Orden, aunque sea parcial
Con poco personal, sin poder de decisión sobre despidos y enfrentando un problema estructural, el nuevo director no promete milagros. Lo que sí promete es presencia y compromiso. González recorre las calles, controla puntos críticos y, sobre todo, escucha. Dice que este movimiento ya está en marcha. “Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance. No podemos solucionarlo por completo, pero sí ordenarlo en parte”, reforzó.