El calor empieza a calar con fuerza en la región y, tras de sí, aumenta también la presión sobre los servicios de urgencias del Hospital Regional de Ciudad del Este. Aunque el clima festivo propio de fin de año aún no alcanza su pico, la directora del centro asistencial, Dra. Katia Ayala, confirmó que los primeros efectos del aumento de temperatura ya se reflejan en un crecimiento sostenido de pacientes accidentados y víctimas de hechos violentos.
El fin de semana último dejó un panorama que preocupa a las autoridades sanitarias, con múltiples accidentes de tránsito —especialmente en motociclistas—, baleados, heridos en riñas y personas con traumatismos graves. Uno de los casos más llamativos fue la llegada de un padre y su hijo, procedentes de Santa Rita, tras un accidente de moto. A esto se sumó el ingreso de una joven encontrada inconsciente en plena vía pública con un traumatismo de consideración. Además, dos personas baleadas debieron ser atendidas de urgencia.
“Con el calor aumenta la movilidad y también el consumo de alcohol. Es una combinación que, todos los años, dispara los casos de accidentes y situaciones de violencia”, explicó Ayala al asegurar que, aunque aún no se ha cobrado el aguinaldo —lo que suele detonar un aumento aún mayor de emergencias—, ya comienzan a percibir un mayor flujo en la sala de guardia.
AL LÍMITE
El impacto de este incremento estacional se agrava por la situación permanente del hospital. “Sus 175 camas están siempre ocupadas”. El centro no solo recibe accidentados, sino también niños, embarazadas, pacientes clínicos, cirugías programadas y personas con patologías complejas. La demanda es constante y la capacidad se encuentra, según Ayala, “tradicionalmente saturada”.
En este escenario, cada nuevo accidente grave genera un efecto dominó en los tiempos de atención. El Hospital Regional utiliza el sistema de categorización RAC. Pacientes rojos, que requieren atención inmediata, amarillos, con un tiempo de espera estimado de dos a tres horas; y verdes, que pueden aguardar incluso más de cuatro horas.
“Cuando ingresan varios pacientes graves al mismo tiempo, las prioridades amarillas y verdes pueden ver duplicados sus tiempos de espera. Es una realidad que nos toca administrar cada verano”, afirmó la doctora.
Los profesionales de salud ya identifican patrones que se repiten año tras año. Con el aumento de las temperaturas la gente permanece más tiempo en las calles, lo que genera mayor circulación vehicular y, con ello, mayor riesgo de accidentes, se incrementa el consumo de bebidas alcohólicas, especialmente los fines de semana.
Igualmente aumentan las actividades nocturnas, donde suele disminuir la percepción de riesgo, se registran más riñas y hechos violentos, muchas veces vinculados al consumo excesivo de alcohol.
También crecen las descompensaciones por golpes de calor, deshidratación y cuadros clínicos propios del periodo estival. “El calor altera las rutinas, favorece las reuniones sociales y genera situaciones que a veces se desbordan. Lo que pedimos siempre es responsabilidad para evitar tragedias que son totalmente prevenibles*”, expresó Ayala.
La directora aseguró que el hospital está recibiendo los insumos y medicamentos provistos por el Ministerio de Salud, y que cuentan con prioridad en el parque sanitario para la reposición. Sin embargo, reconoció que en periodos de alta demanda todo sistema se ve exigido. “Tenemos lo necesario para operar, aunque siempre sentimos que nunca es suficiente”, admitió.
De cara a un verano que recién comienza y a un diciembre que promete ser intenso, la doctora Ayala insistió en la importancia de adoptar medidas básicas de prevención como el uso obligatorio del casco, evitar manejar bajo los efectos del alcohol, utilizar plataformas de transporte seguro si se planea beber, mantener la hidratación y evitar la exposición prolongada al sol y respetar las señales de tránsito y los límites de velocidad. “La prevención es la diferencia entre la vida y la muerte.
Cada accidente prevenido no solo evita dolor a una familia, sino que también permite que el sistema de salud pueda responder con más eficiencia a quienes realmente lo necesario”.