El líder de la bancada cartista en el Senado, Natalicio Chase, evitó asumir una posición firme frente al escándalo de nepotismo y planillerismo que involucra a la senadora liberocartista Noelia Cabrera Petters y a sus sobrinos Iván Ramiro e Iris Rebeca Giménez Cabrera, quienes fueron encontrados trabajando en un estudio jurídico mientras cobraban millonarios salarios del Senado.
Chase adoptó una postura distante y condicionó cualquier pronunciamiento a un eventual informe técnico que resulte del sumario abierto por la Cámara Alta.
“Vamos a pedir los informes y, si corresponde tomar medidas, vamos a tomar”. La investigación periodística reveló que ambos sobrinos fueron designados en la Comisión de Derechos de Personas con Discapacidad, donde la propia Cabrera fue presidenta y es actualmente miembro titular. Sin embargo, no se los ve en funciones en el Congreso, sino cumpliendo horarios laborales en el estudio jurídico vinculado a la legisladora.
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Ante esa evidencia, Chase fue tajante con el discurso general: “No podemos permitir planilleros en el Congreso”.
Pero al referirse específicamente a la senadora que firmó los formularios de justificación laboral de sus sobrinos, optó por una llamativa cautela: “Vamos a esperar los informes y los antecedentes completos antes de pronunciarnos sobre la legisladora”, añadió.
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Chase se refirió al proceso administrativo desde la Cámara Alta, señalando que ya se ha solicitado un informe desde la Presidencia del Congreso para verificar la situación y se está auditando.
Consultado sobre los privilegios de los cargos de confianza, que no tienen control de horario, Chase mencionó que podrían revisarse a la luz de la nueva normativa pública. “Se va a estudiar la normativa interna, ya con la nueva ley de la función pública, hay cambios que debemos aplicar”, dijo.