La resistencia del oficialismo hacia la modernización del sistema electoral volvió a hacerse presente. Los senadores de Honor Colorado rechazaron un pedido de Rubén Velázquez, de Yo Creo, de tratar en dos semanas la ley de registro biométrico de votantes, que previene el fraude y la suplantación de identidad.
Se trata de un proyecto que posibilita identificar con la huella dactilar a cada elector, además de la cédula. El objetivo es evitar la votación de muertos, el doble voto con diferentes cédulas, el voto de un ciudadano que está fuera del país, pero figura en territorio nacional, entre otros.
Todos estos casos son denunciados en cada elección, lo que reduce la confianza en el sistema electoral y de los resultados, por lo que fue presentado este proyecto ya el año pasado, pero se mantiene dormido en comisiones.
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Los proyectistas son Rubén Velázquez, Éver Villalba, José Oviedo, Eduardo Nakayama y Esperanza Martínez.
La propuesta señala que el sistema se implementará bajo la dirección del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), en coordinación con el Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional, que pondrá a disposición el registro de huellas dactilares y palmas de toda la población, y el Ministerio del Interior.
La identificación biométrica sería requisito indispensable para sufragar, de modo que se asegure que solo los ciudadanos habilitados puedan votar. Cada mesa deberá contar con el marcador biométrico.
El TSJE estaba de acuerdo con la implementación de este proyecto, ya que las denuncias de fraude enturbian el gran esfuerzo de la institución en el proceso.
Carlos María Ljubetic, director de la Unidad de Procesos Electorales del TSJE, dijo a ÚH que la aplicación de esta reforma permitirá cruzar el Registro Cívico Permanente con base en datos de huellas dactilares de la Policía, y evitará varios hechos irregulares. “En una mesa con 100 electores, el resultado no podrá ser de 101, porque hay solo 100 huellas dactilares”, ejemplificó.
El técnico señaló que todo depende del Congreso porque “es voluntad política”.