Es bien conocido que uno de los problemas más trascendentales de la metrópoli asuncena y de sus ciudades satélite es el congestionamiento del tráfico. Más de un millón trescientas mil personas ingresan diariamente a Asunción, según estudios del MOPC del 2016, la mayoría lo hace para trabajar y luego vuelve a sus hogares, ubicados en distintas ciudades de su área de influencia.
El movimiento pendular, generado por esta configuración de ciudades dormitorio que rodean a la capital, es una de las principales y más profundas causas del caótico congestionamiento diario. Sin embargo, este movimiento de personas desde su lugar de trabajo hasta su residencia, y viceversa, no es la única causa ni la más sencilla de solucionar.
El incentivo hacia el uso de medios de transporte individuales, sobre todo automóviles, aumentó sobremanera el espacio ocupado por cada persona durante su desplazamiento en las vías. Un dato obvio, que parece no comprenderse al día de hoy.
Lejos de mejorarse los servicios de transporte público y aumentarse su presencia en las calles, lo cual disminuiría el espacio que necesita cada persona para circular, se aumentan cada vez más las vías de transito rápido en la ciudad.
Aumentar el número y ancho de vías es un despropósito sabido desde hace décadas. Ya lo decía Lewis Mumford, urbanista estadounidense del siglo XX: “Añadir carriles a las autopistas para solucionar la congestión vehicular es como aflojar tu cinturón para curar la obesidad”.
En caso de que aún existan incrédulos, aquí va un dato que impresiona. La velocidad promedio de desplazamiento en Asunción y sus alrededores, en horas punta, es menor a 10,65 km/h. La velocidad del tránsito en la ciudad de Londres, cuando se utilizaban coches estirados por caballos, era de unos 19 km/h aproximadamente, según lo describe Peter Ackroyd en su libro Londres: La biografía. Es decir, Asunción se mueve a la mitad de velocidad de lo que se movía Londres antes del uso masivo de los automóviles, al final de los años 1800.
La velocidad promedio de desplazamiento que se menciona, se puede comprobar con facilidad marcando destino en Google Maps, desde el centro de Asunción (Plaza de la Democracia) hasta la ciudad de Fernando de la Mora (zona Avda. Mariscal López esquina Avda. Madame Lynch), de lunes a viernes, a las 18:00. Un viaje así normalmente no dura menos de una hora y tiene un recorrido de 9,5km, es decir, representa una velocidad promedio de 9,5 km/h. El tiempo es similar al que tomaría ese viaje, a ritmo normal, en un carruaje tirado por caballos.
Es sencillo de deducir, que la implementación de un sistema de transporte público en condiciones aceptables –con frecuencias e itinerarios planificados, paradas seguras, vehículos en buen estado y opciones de transbordo eficientes– repercutiría de manera notable y positiva en los tiempos de viaje de los ciudadanos.
Un sistema de transporte de buses optimizado puede transportar al menos 10.000 personas, en la misma vía y tiempo que los automóviles individuales solo movilizan 1.600.
La creación de un sistema de transporte integrado es una urgencia para el área metropolitana de Asunción, que ya no puede ser evadida. Trasladar a los ciudadanos con eficiencia es la mejor opción, hasta lograr revertir el problema de vivienda y densidad demográfica de la capital.
Asunción debe mostrarse más favorable a recibir a personas que quieran habitarla y controlar su desmedido crecimiento en el precio de las viviendas…, pero este será un tema para retomarlo más adelante.