Viernes/ 15/JUNIO//2007
Cuando los técnicos del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) llegaron a la zona de la Bahía de Asunción para determinar las circunstancias en que habían muerto las doce vacas y un caballo, los animales ya habían sido casi totalmente carneados por los pobladores residentes en el lugar.
De todas maneras, los intervinientes indicaron que los vacunos y el equino podrían haber muerto a causa de la ingestión de un veneno sumamente tóxico, por los síntomas y las características en que se produjeron los decesos.
Ante las extrañas circunstancias de las muertes, los funcionarios del Ministerio de Salud Pública recomiendan a los pobladores del lugar que hayan participado de la carneada a que no ingieran la carne extraída de los cadáveres.
Igualmente, estos instaron a la población cercana a la zona de la Bahía de Asunción, a que no compren carne de dudosa procedencia u ofertada en la calle por vendedores ambulantes, para evitar ser afectados por el veneno que habría quedado impregnado en el producto.
Ya era tarde. Algunos de los pobladores de la zona carnearon y consumieron parte de la carne. Varios de ellos quedaron intoxicados.