El trabajo, firmado entre otros por expertos de la Universidad británica de Bristol, indica que los recipientes para la alimentación hechos de arcilla aparecieron “posiblemente” en Europa durante el Neolítico (unos 5.000 años antes de Cristo) y se fueron haciendo cada vez más normales durante las edades de Bronce y de Hierro.
Los ejemplares encontrados, que recuerdan lejanamente a un botijo, son lo bastante pequeños como para caber en la mano de un bebé y tienen una especie de pitorro que servía para que el crío mamase el líquido.
Además, algunos de estos recipientes tenían forma de animales imaginarios, describen los autores de este trabajo en un comunicado de la Universidad de Bristol.
Para dilucidar si efectivamente se trataba de biberones o de recipientes para alimentar a enfermos –que también se había sugerido ante la falta de pruebas directas sobre su función–, los investigadores seleccionaron tres vasijas encontradas en tumbas infantiles “muy raras” en Baviera (Alemania).
Lea más: Leche materna beneficia a la salud y economía del país
Se trató de tres ejemplares pequeños –de cinco a diez centímetros– con una boca extremadamente estrecha.
El equipo combinó análisis químicos e isotópicos para identificar y cuantificar los residuos de alimentos encontrados dentro de los recipientes y así hallaron que las vasijas habían contenido leche de rumiante de ganado vacuno, ovejas o cabras domesticadas.
Su presencia en tumbas infantiles y las pruebas químicas confirman que estos recipientes fueron utilizados para alimentar a los bebés con leche animal, ya sea en lugar de la leche materna y/o durante el destete hacia alimentos suplementarios.
Antes de este estudio que publica Nature, la única evidencia sobre el destete provenía del análisis isotópico de los esqueletos de los bebés, pero esto solo podía dar una idea aproximada de cuándo se destetaba a los niños, no de lo que estaban comiendo/bebiendo, apunta el mismo comunicado.
Por lo tanto, el estudio proporciona información importante sobre las prácticas de lactancia materna y destete, y sobre la salud materno-infantil en la prehistoria.
Nota relacionada: Solo 21% de madres proveen lactancia hasta los dos años
Se trata, añaden sus responsables, del primer trabajo que ha aplicado este método directo de identificación de alimentos de destete en el pasado, por lo que abre el camino para las investigaciones de los recipientes de alimentación de otras culturas antiguas en todo el mundo.
“Vasos similares, aunque raros, aparecen en otras culturas prehistóricas (como Roma y la antigua Grecia) de todo el mundo. Nos gustaría llevar a cabo un estudio geográfico más amplio e investigar si sirvieron para el mismo propósito”, resume Julie Dunne, autora principal del trabajo.
Por su parte, Katharina Rebay-Salisbury, otra de las firmantes, describe: “Criar a los bebés en la prehistoria no fue una tarea fácil y estamos interesados en investigar las prácticas culturales de la maternidad, que tuvieron profundas implicaciones para la supervivencia de los bebés”.
“Es fascinante poder ver por primera vez qué alimentos contenían estos recipientes”, concluye.