En el caso mafia de pagarés se siguen desvelando nuevas historias que muestran el padecimiento de las víctimas de este esquema montado para estafar. Para los delincuentes no existen límites; engañan a humildes trabajadores sometiéndolos a deudas imposibles de pagar, así como a personas enfermas de cáncer. Debemos continuar exigiendo que la investigación llegue hasta lo más profundo y que la Justicia frene el esquema criminal, detenga los injustos cobros y sancione a los funcionarios del Poder Judicial involucrados.
Aunque la práctica era bastante conocida, no fue hasta diciembre del año pasado cuando comenzaron a hacerse públicas las denuncias de la estafa que hoy conocemos como la mafia de los pagarés. Meses después, el tsunami de información continúa imparable y nos ofrece la dimensión a la que ha llegado este esquema que cuenta con miles de víctimas.
Las denuncias se masificaron y se popularizaron cuando se encontraron en las redes sociales fotografías de ujieres notificadores de juzgados de Paz que disfrutaron de viajes alrededor del mundo, lo que levantaba alertas, considerando sus modestos ingresos.
Vale la pena recordar la inicial y muy tibia reacción de nuestra Justicia frente al esquema judicial de estafa que fue descubierto. Resulta, además, dudoso que nadie desde dentro del sistema haya podido dimensionar los alcances de la red de estafas.
Varios estudios jurídicos compraban pagarés cancelados y que no habían sido retirados por los clientes de empresas de electrodomésticos y otras, donde incluso hacían préstamos. Posteriormente, aquellos documentos ya cancelados y finiquitados eran denunciados en juzgados de Paz para lograr la ejecución del cobro de la supuesta deuda, que ya había sido finiquitada, anteriormente.
Los ujieres, entre otros, eran una parte importante en el esquema, explica uno de los abogados de la denuncia: “El ujier juega un papel preponderante en este modelo de estafa, porque se perpetra la estafa simulando una notificación. En esa notificación nunca encuentra al demandado porque es una notificación fraguada y el demandado queda indefenso”. Esta organización delictiva estaba integrada asimismo por jueces, ex jueces, actuarios y abogados.
Según datos de la Comisión Especial instalada en el Parlamento para investigar la mafia de los pagarés, casi un 80% de las víctimas son funcionarios públicos; según este Registro de Víctimas, de 2.000 personas afectadas, el 79% son funcionarios públicos, mientras que el 6,1% son jubilados y solo el 9,3% son empleados privados. Del 79% de funcionarios, el 40% de las víctimas son del Ministerio de Educación, en su mayoría docentes, y alrededor del 15% son funcionarios del Ministerio de Salud.
Las víctimas, entre ellas humildes trabajadores que de la mano de usureros cayeron en las redes de delincuentes que los llevan a kafkianos procesos judiciales, continúan reclamando celeridad a la Justicia. También se debe mencionar el caso de la docente a quien descuentan el 50% de su salario, y le quedan G. 2 millones, el mismo monto que había prestado para llegar a fin de mes; la docente tiene un niño con autismo y, además, recientemente, le detectaron cáncer. Es importante dejar bien establecido que estas son personas y no solo cifras de un informe; son ciudadanos paraguayos que precisan que las instituciones del Estado, los funcionarios y las autoridades cuiden de sus intereses.
El esquema de la mafia de los pagarés, según se ha develado, incluye una amplia red de personas que aprovecharon una posición de poder o un cargo. Todas aquellas personas que evadieron las normas y torcieron el derecho para su beneficio personal deberán ser castigadas, pues su impunidad será siempre un insulto más que deberán soportar las víctimas.
Esperamos que la Justicia investigue a fondo y con gran compromiso las denuncias contra esta mafia de los pagarés y que ponga su mejor esfuerzo para poner un freno definitivo a los cobros que desangran a cientos de víctimas. La Justicia debe resarcir la deuda que mantiene con la sociedad para ello debe desmontar este corrupto esquema judicial de estafas.
