Hace 17 años, el país vivió uno de sus momentos más angustiantes en esta era democrática. Era un día martes cuando en horas de la mañana se confirmaba el asesinato del entonces vicepresidente de la República, Luis María Argaña.
Ese acontecimiento se convirtió también en uno de los capítulos más trascendentales de la historia política paraguaya porque dio lugar a una serie de sucesos que derivaron en lo que se conoce actualmente como el Marzo Paraguayo.
Tras conocerse el fallecimiento del otrora caudillo político colorado se inició una revuelta popular en inmediaciones del Congreso Nacional, que dejó como saldo la muerte de ocho jóvenes, centenares de heridos y culminó con la renuncia del entonces presidente de la República, Raúl Cubas Grau, que respondía a la línea política del fallecido político Lino César Oviedo.
El magnicidio se produjo alrededor de las 8.35 de aquel 23 de marzo de 1999, cuando la camioneta del vicepresidente circulaba por la calle Diagonal Molas, unos 40 metros antes de llegar a la calle Venezuela, en Asunción.
Un automóvil de la marca Fiat Tempra le cerró el paso y descendieron dos hombres. Uno de ellos portaba una escopeta calibre 12 y el otro llevaba armas cortas. Mientras que un tercero se mantuvo en el interior del vehículo.
El que llevaba la escopeta se colocó enfrente, levantó el arma y apuntó al parabrisas. Los perdigones atravesaron el vidrio y parte del fuselaje del capó, dejando varios agujeros, pero el parabrisas permaneció entero.
Mientras que los disparos del segundo asaltante impactaron de lleno en el cuerpo del guardaespaldas Francisco Barrios González, quien pudo extraer su arma pero ya no alcanzó a contraatacar y luego perdió la vida. El chofer Barrios Rey resultó herido en el rostro, pero no perdió el sentido.
Barrios Rey logró escapar de la refriega al abrir la portezuela y luego se echó a correr hacia atrás, metiéndose al patio de una vivienda vecina.
El segundo atacante se aproximó a la ventanilla trasera, que ya estaba rota. Según se detalla en la reconstrucción de los hechos, el sicario metió la mano con un revólver 38 por el agujero de la ventanilla y apuntó al cuerpo. Argaña levantó el brazo como para intentar proteger su rostro.
La primera bala lo golpeó en el antebrazo. Otros dos proyectiles le alcanzaron en el pecho. El vicepresidente cayó tendido sobre el asiento. Allí recibió el cuarto y último disparo, la bala mortal que le ingresó en la espalda, le destrozó un riñón y llegó hasta el corazón.
HISTÓRICA MANIFESTACIÓN. Unas horas después de aquel trágico desenlace, los seguidores de Argaña y jóvenes de la organización Jóvenes por la Democracia, iniciaban una marcha hasta el Palacio de López, exigiendo el juicio político al presidente Raúl Cubas y cárcel para el fallecido ex general Lino Oviedo, a quien acusaban de ser el responsable del crimen.
Los manifestantes fueron contenidos por una barrera policial en las esquinas de las calles El Paraguayo Independiente y Juan E. O’Leary, y en horas de la tarde fueron víctimas de una fuerte represión policial, refugiándose en las plazas del Congreso.
Campesinos que ese día marchaban sobre la ciudad para solicitar la condonación de sus deudas ante los bancos públicos también se unieron a los demás manifestantes. Los principales partidos políticos convocan a la ciudadanía a unirse a la movilización.
Al día siguiente, el 24 de marzo de ese año, la Cámara de Diputados aprobó el juicio político contra Cubas. Ese mismo día, el entonces mandatario ordenaba la detención de Lino Oviedo para dar cumplimiento a una sentencia del Tribunal Militar, refrendada por la Corte Suprema de Justicia, que lo había condenado a 10 años de prisión por un intento de golpe de Estado en abril de 1996.
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En la plaza, en inmediaciones del Congreso, también se sumaron manifestantes oviedistas. La Policía Nacional separó a ambos sectores, pero de igual forma se producían constantes enfrentamientos entre opositores y los partidarios del Gobierno.
En los siguientes cuatro días el centro de Asunción se convertiría en una zona de batallas. Uno de los peores enfrentamientos se registró el martes 27 de marzo, cuando la Policía Nacional realizó una acción represiva para desalojar a los manifestantes opositores de la plaza.
Mientras tanto, oviedistas ocuparon todo el sector por algunos minutos, pero los opositores volvieron a ingresar a la plaza, atacando con piedras y palos, y lograron echar del lugar a los partidarios del Gobierno y a la Policía.
Cubas ordenó que las Fuerzas Armadas salieran de sus cuarteles a imponer control. Una decena de tanques y tropas de la Caballería avanzaron hacia el centro de Asunción, pero las barricadas impidieron el ingreso hasta las plazas. Los tanques tomaron posiciones en zonas cercanas.
El 28 de marzo, en horas de la noche, el presidente Raúl Cubas comunicó su renuncia y su partida al exilio en Brasil.
Millares de ciudadanos llenaron las plazas del Congreso y la explanada del Palacio de López, mientras caravanas de vehículos circulaban por las calles con sus tripulantes agitando banderas en celebración. Se considera aquel acontecimiento como una de las mayores gestas ciudadanas en la historia del país.
Entre los fallecidos en el Marzo Paraguayo se encuentran Henry Díaz Bernal, Cristóbal Espínola, Manfred Stark González, Armando Espínola, Víctor Hugo Molas, José Miguel Zarza, Tomás Rojas y Arnaldo Paredes.
PROTAGONISTAS. Pasaron 17 años de aquel trágico suceso y el diario Última Hora indagó sobre la vida actual de algunos de los protagonistas de dicho episodio, que se puede leer ingresando al siguiente link.