09 ago. 2025

A 100 años del nacimiento de Pierre Boulez

Hace un siglo (marzo de 1925) nacía en Montbrison, Francia, Pierre Boulez, quien llegaría a ser uno de los más importantes y destacados exponentes de la música del siglo XX en su segunda mitad.

Pierre Boulez.jpg


Tomás Báez Servián

De todos ellos, este francés fue el más explosivo, el más virulento, el más tajante, el más irredento, el más iconoclasta; el menos compasivo, el menos tolerante, el menos comprensivo, el menos diplomático, el menos condescendiente…” Así describía Jesús Ruiz Mantilla a su entrevistado, el maestro Pierre Boulez, en el inicio de una entrevista para el diario “El País” de España, en junio de 2013, refiriéndose a la confusión y caos generalizado en que se encontraba la música luego de la Segunda Guerra Mundial, y al esfuerzo que hacían los compositores por generar un nuevo orden y un universo artístico que ofreciera alguna esperanza. Un cerebro privilegiado para la música
Pierre Boulez tuvo como uno de sus maestros principales al gran Oliver Messiaen, luego de haber hecho estudios matemáticos en Lyon. Otros dos nombres importantes en su formación fueron Andrée Vaurabourg (esposa de Arthur Honegger) y el famoso maestro René Leibowitz.

Muy joven (1948) fue nombrado director musical de la compañía Renaud-Barrault en el teatro Marigny y desde entonces su carrera musical no conoció altibajos, destacándose como compositor (obras en serialismo integral y las conocidas como “obras en progreso”, actualizadas permanentemente), extraordinario director de orquesta (famoso por dirigir sin batuta y cuyas lecturas de Mahler y Wagner hoy son paradigmáticas), notable gestor musical y cultural (fundador del famoso Instituto IRCAM, para la experimentación sonora) como también excelente escritor de ensayos y textos relacionados al arte musical del siglo XX (Puntos de referencia y Pensar la música de hoy son dos de sus trabajos más importantes).

El serialismo integral
Partiendo del concepto de serialismo como el ordenamiento en “series” de las notas musicales en cuanto a lo que podríamos denominar uno de sus parámetros, en este caso la altura de las mismas, llámase serialismo integral la aplicación de la serie a todos los parámetros posibles en la música: timbre, tono, dinámica, ritmo, ataques, etc. Boulez fue uno de los propulsores fuertes de esta nueva estética, que tuvo como resultado una influencia arrolladora en la generación de compositores de su tiempo, especialmente en los más jóvenes.

Entre las obras de Boulez destacan Le Marteau sans maître (El Martillo sin dueño, 1954), obra que ha generado numerosos estudios sobre el uso del timbre realizado por el autor; Pli selon pli (ciclo de canciones orquestales, 1962), Dialogue de l´ombre double, Antiphonies, Répons para conjunto instrumental, solistas y dispositivo electrónico (1988). Como ya se ha mencionado, todavía algunas de sus obras siguen “en progreso”, recapituladas y expandidas permanentemente, como es el caso de sus Notations como queriendo expresar que la vida continúa y que aún hay mucho por hacer.

La transgresión como bandera
Un carácter nada diplomático ni conciliador en aquellos años por cierto tormentosos de la historia luego de la Segunda Guerra Mundial, la necesidad de alcanzar por la violencia los objetivos propuestos y una personalidad artística singular y propia que se definía poderosamente, produjeron un Boulez esencialmente transgresor, creador de universos musicales nuevos para a su vez transgredirlos y proceder a crear otros y superarlos nuevamente.

A los 90 años, Pierre Boulez, falleció en su casa de Baden-Baden, Alemania un 5 de enero de 2016. Gran director orquestal, compositor de renombre, organizador y administrador de instituciones que aún perduran, llegó a ser uno de los grandes patriarcas de la música, mundialmente admirado, tesoro de Francia y de todo el universo musical contemporáneo.

Más contenido de esta sección
La directora del Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile, Mónica Soto, presentó el proyecto Latam-GPT e invitó a instituciones paraguayas a sumarse mediante la colaboración y el aporte de datos locales para fortalecer un modelo de lenguaje regional y abierto.
El Chavo del Ocho, concebido como una crítica humorística a las desigualdades, se convierte en símbolo de nostalgia compartida para los latinoamericanos y en plataforma de conexión emocional para productos y marcas que explotan nuestra conexión con el programa.
La situación en el enclave palestino ha provocado una significativa indignación mundial, causando que numerosos gobiernos adopten cambios de posturas hacia el conflicto entre Israel y Hamás y ha generado posibles elementos de prueba de una hambruna intencional a la Corte Penal Internacional.
El cineasta francés Dominique Dubosc (Pekín, China, 1941), cuyas primeras películas documentales fueron realizadas en Paraguay en la década del 60 (las clásicas Kuarahy Ohecha y Manohara) es autor de una pieza de videoarte intensa y poética que describimos en esta reseña. Se trata de Una ilusión óptica, obra que captura una escena auténtica filmada en Palestina, y que fuera mostrada en Asunción hace apenas un año.