15 ene. 2025

¿Y los empleos?

El presidente de la República, Santiago Peña, aseguró en reiteradas ocasiones que una de las prioridades de su gestión sería la creación de 500.000 empleos formales y de calidad. Su compromiso con la generación de empleos ya fue parte de su campaña. No obstante, esta cifra está muy lejos de ser alcanzada.

La noticia sobre el ingreso de Paraguay al Grado de Inversión por parte de una de las tres calificadoras más importantes y el reciente acuerdo entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE) generan grandes expectativas sobre el futuro económico del país. Sin duda, estos son factores que permitirán a algunos rubros ya consolidados ampliarse, pero la pregunta que nos seguimos haciendo es qué se hará para que todo esto impacte en la generación de empleos.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), durante el segundo trimestre del 2024 (abril, mayo, junio), unas 19.695 personas ingresaron a la franja de desocupados. El total de desempleo registrado interanualmente fue de 195.948, de los que 91.006 (46,4%) fueron hombres y 104.942 (53,6%) son mujeres.

En términos porcentuales, la tasa de desocupación registró un aumento de 0,6 puntos porcentuales (pp), pasando de 5,8% registrado en el segundo trimestre del 2023 al 6,4% en el segundo trimestre de este año.

Si el Gobierno no toma medidas reales y deja de basarse en proyecciones será imposible la generación de los 500.000 empleos formales prometidos. Mientras eso sucede, la cantidad de empleos informales sigue aumentando de la mano del crecimiento del sector servicios. La elevada tasa de informalidad se mantiene en torno al 62% de la fuerza de trabajo, según el INE.

Uno de los desafíos que tiene el país es iniciar el largo proceso hacia la industrialización, pero para ello, se debe mejorar de forma consecuente el sistema de distribución de energía eléctrica de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), cuyo servicio sigue siendo deficiente. Recientemente, varios gremios hicieron un nuevo llamado de atención, denunciando las millonarias pérdidas ante cada corte de energía y la destrucción de costosos equipos debido al deficiente servicio.

Si bien desde el Gobierno se habla sobre la necesidad de mejorar el sistema, para lo cual se requieren unos USD 650 millones por año, la solución planteada, que se basa en atraer a empresas de alto consumo eléctrico, como las criptominerías y data centers para albergar la inteligencia artificial, este tipo de rubros se caracterizan por la escasa generación de mano de obra. De esta forma, se postergan nuevas posibilidades de generar empleos de calidad.

Desde el Gobierno, existen constantes elogios hacia las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), sector que se considera como el generador de empleos por excelencia, pero este sigue siendo uno de los sectores más rezagados. Desconocer los esfuerzos que se está haciendo desde el Viceministerio de Mipymes sería deshonesto, pero la realidad es que estas medias, como la nueva Ley de Mipymes, no parecen ser una prioridad para la clase política.

Si bien la principal pregunta es ¿para cuándo los empleos?, no podemos dejar de mencionar la preocupación por el incumplimiento de las normas laborales, partiendo por la inscripción de empleados en la previsional. Las prácticas como la de esconder en el baño o algún depósito a empleados informales ante cada supervisión de las autoridades sigue siendo una constante. También se necesitan medidas inteligentes que acaben con las facilidades para burlar a los ineficientes controles del Ministerio de Trabajo.

Necesitamos que el Gobierno dé señales claras sobre la preocupación por la generación de empleos formales y que, además, sean sostenibles, pues solo con empleos de calidad se mejorarán las condiciones de vida de los ciudadanos. El derrame económico va por ahí.

Más contenido de esta sección