Antonio Rolin
ENCARNACIÓN
Un grupo de voluntarios –liderados por un artista plástico encarnaceno– decidieron salir al rescate de emblemáticos espacios públicos de la capital de Itapúa, ciudad que ostenta a la vez el título de capital turística del Paraguay.
Se trata del Paseo de Los Enamorados, La Escalinata y el Paseo de Los Migrantes, todos situados en el barrio San Pedro, cuya creación –desde luego– fue posible gracias al aporte voluntario de destacadas personalidades locales, quienes convirtieron el sitio en punto de referencia de la ciudad.
Los icónicos sitios recuperados fueron creados para el disfrute de la ciudadanía en general, pero estos espacios fueron deteriorándose con el paso de los años. En efecto, se encontraban en lamentables condiciones, con faros rotos, cables sueltos y rodeado de malezas.
Preocupado por esta situación, el reconocido artista plástico encarnaceno, Rubén Sykora, lideró un grupo de voluntarios que pusieron manos a la obra. En un gran acto de amor, revirtieron el deplorable aspecto que presentaban hasta hace unos días estos emblemáticos sitios.
La encomiable tarea de limpieza y mantenimiento general de tres espacios, se llevaron a cabo los sábados y contó con la participación de importantes actores de la sociedad encarnacena, como también algunos concejales.
Fueron tres sábados de arduas tareas de limpieza. Empezaron por el Paseo de Los Enamorados, la Escalinata y el Paseo de los Migrantes del barrio San Pedro de Encarnación. Cambiaron la imagen deplorable que presentaban por una totalmente renovada. Para ello, cortaron malezas, podaron ramas y retiraron gran cantidad de basuras de todo tipo.
PENDIENTE. Sykora agradeció al grupo de voluntarios por el gran trabajo y señaló que todavía falta la reparación de la iluminación y otros aspectos más que está gestionando con un grupo de amigos para poder llevarlos a cabo.
Gracias a esta acción ciudadana, el Paseo de los Enamorados del barrio San Pedro de Encarnación, luce atractiva para el próximo 14 de febrero, día de San Valentín.
Este sitio dedicado al amor y a los enamorados, era un simple callejón que conectaba un sector del barrio San Pedro –casco antiguo– con la avenida costanera del subembalse del arroyo Mboi Ka’e. Históricamente, estuvo abandonado e incluso se convertía en una zona peligrosa, ya que un tiempo sirvió de guarida para personas adictas. Sykora apeló al mayor involucramiento de los vecinos y las autoridades para preservar de estos sitios que hoy son puntos de referencia de Encarnación.