22 nov. 2025

Un silencio bastante parecido a la estupidez

Un clásico en los años 70, del siglo pasado, Las venas abiertas de América Latina, del uruguayo Eduardo Galeano, decía, más o menos, que los países latinoamericanos hemos estado históricamente subordinados al poder económico y político, primero de Europa y después de los Estados Unidos, y que de esos barros nos viene el atraso y la pobreza.

Bueno, lamentablemente creo que toca volver a leer el libro de Galeano porque en estos días el imperio contraataca, y lo que es peor, viene con un Vader recargado.

No es mi intención spoilearles la obra de Galeano, pero puede ser oportuno comentar al menos la presentación, ahí donde el escritor baja la primera línea sobre la división internacional del trabajo.

Y dice que esta –la división internacional del trabajo– consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder; que América Latina, fue precoz: Se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta.

“La región sigue trabajando de sirvienta”, afirma en una frase es superfuerte, y agrega que prosigue su existencia al servicio de las necesidades ajenas, “como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan, consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos”.

Los niveles de conflictividad a nivel internacional son tan elevados que apenas podemos hacer un seguimiento de las catástrofes actuales que están sucediendo, en este mismo momento en que usted, señora lectora lee esto.

Dos años de genocidio en Gaza interrumpidos por un alto al fuego de gua’ú para seguir matando y matando con gran entusiasmo y total impunidad, porque además ahora se agregaron a la agenda otras matanzas y otros genocidios en curso, en África, concretamente. Y la verdad es que no damos abasto para intentar entender tanta crueldad, tanta deshumanización.

Porque ahora además, desde este lado del mundo, tenemos que preocuparnos de los ataques del Imperio, del acecho de la flota imperial a nuestros paisitos, que como bien sabemos están llenos de ricos y valiosos recursos naturales, petróleo, agua y minerales raros.

Ñam ñam, anda diciendo Vader con su voz profunda.

En USA se impuso un régimen del terror contra los migrantes, y entre ellos también en contra de las comunidades que provienen de estas tierras nuestras. En un sucinto resumen la actitud es; no nos gustan sus gentes, pero nos encantan los recursos que están allá en la región más allá del río Bravo, y los vamos a tomar, cueste lo que cueste…

Primero en la lista está la “dictadura” del malvado Maduro, por supuesto, y en seguida comenzaron también con Petro de Colombia, y si en el primer caso la excusa es la democracia, en el segundo son las drogas.

Contra las drogas van bombardeando y matando pescadores en el Caribe, como si fuera un videojuego, como un sicariato con drones. Pero todo es mentira, ustedes saben. Porque si les importara la democracia dirían algo sobre los Ortega en Nicaragua. Y si quisieran hacer algo contra el narcotráfico habrían intentado algo con el consumo desaforado que hay en su propio país.

El imperio contraataca y tristemente en la zona también cuenta con aliados, los cipayos que nunca faltan, y les sirven en bandeja sus recursos, y de esa manera, 50 años después, “La región sigue trabajando de sirvienta”.

Antes, como ahora, hay que admitir y con honorables excepciones, “... Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”, como reza la dedicatoria de Las venas abiertas. Es hora pues de evitar que la historia se siga repitiendo, ya saben, como decía don Carlos, primero tragedia, después como farsa.

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