Alfredo Boccia Paz
Escritor
Cuando Sergio Ferreira me habló del libro que había escrito, basado en entrevistas realizadas a Humberto Rubín hace una década y complementadas con otras, actuales, a su compañera de vida, Gloria Rubín, asumí que esto era mucho más que una recopilación de reportajes. La obra se vertebra, es cierto, en las conversaciones del autor con ambos, pero estas no son más que hitos que sostienen historias atrapantes de un periodista y una radio que transitaron una época importante de la historia paraguaya.
No fue fácil hacerle hablar a Humberto, confesó Sergio. Lo supuse, pues me había encontrado con la misma dificultad cuando me tocó entrevistarlo para un libro sobre la noche del golpe de Estado de 1989, varios años atrás. Él no se sentía cómodo hablando de sí mismo; le gustaba preguntar, no ser interrogado. En esas ocasiones, hasta esa voz cálidamente envolvente, casi sensual, que irradiaba desde los micrófonos de Ñanduti, se volvía seca. Ese pudor en relatar sus vivencias era raro, pues Humberto Rubín había sido el primero en romper el estilo acartonado de los locutores tradicionales, acostumbrando a sus oyentes a compartir las anécdotas cotidianas de su familia, de sus perros y sus loros.
Ya en las primeras páginas se descubre que la reticencia de Humberto fue fácilmente sorteada por la experiencia de décadas de alguien como Sergio Ferreira, dedicado al periodismo y la crónica cultural, quien supo incitar con habilidad al entrevistado a discurrir por los rincones de la memoria. Para reordenar esas historias, las mismas fueron previamente investigadas por el autor en una búsqueda que abarcó libros ya publicados, archivos de hemerotecas y material gráfico sobre Rubín y su radio. Las conversaciones más contemporáneas con Gloria permitieron una contextualización de los sucesos y acontecimientos que Humberto rememoraría, con la distancia del tiempo, con un rigor lógicamente menos cronológico.
El lector podrá enterarse de datos de su infancia pilarense, donde los Rubín Schvartzman tenían una sastrería y el niño Humberto León abrazaría su amor por la poesía. Es la primera vez que leo, relatada de modo completo, su experiencia montevideana, sobre todo de su pasantía en la mítica Radio Carve, de donde traería muchas de las novedades que aplicaría después en la futura Radio Ñanduti. La relativamente rápida concreción de su potente sueño juvenil de ser dueño de una radio se concretaría el 29 de noviembre de 1962, a través de su amistad con el cantante Teófilo Escobar y el coronel Pablo Rojas.
A partir de entonces, la historia de Humberto Rubín será inseparable de la de Radio Ñanduti. Aquí, hay que decirlo, este libro elude un sesgo en el que frecuentemente caen quienes se refieren a Ñanduti. Sí, es sin duda la emisora emblemática de la resistencia antidictatorial y las interferencias que sufrió, que motivaron su cierre en enero de 1987, la convirtieron en una leyenda de la libertad de prensa. Esa historia está ampliamente registrada en el texto, por supuesto. Pero, con frecuencia, opaca a otras memorias, largas y ricas, con personajes y sucesos vinculados al mundo del arte, la música, el radioteatro, el deporte y la cultura paraguaya que pasaron par Ñanduti.
El autor se mueve como pez en el agua en ese universo y enriquece los aportes orales de la memoria de los protagonistas principales, Humberto y Gloria, con sus propias búsquedas en acervos propios, lo que ofrece el necesario contexto para que el lector más joven comprenda cuál fue la importancia de Ñanduti en nuestro pasado reciente, más allá de la acumulación de datos, nombres y fechas.
Este libro deja hablar con sinceridad a quienes dieron vida al proyecto Ñanduti, diseñando los distintos momentos políticos que debieron atravesar, con sus dificultades, dudas y contradicciones. Año tras año, sin dejar de describir el ambiente cultural, artístico y musical, satélite de una radiofonía hegemónica, el autor nos cuenta a través de las voces de los protagonistas cómo de las inevitables concesiones políticas iniciales para sobrevivir a una dictadura que cercenaba la libertad de prensa, se peleaban los espacios centímetro a centímetro. Pero antes, hubo años de artistas en vivo en el Auditorio Multicolor de la calle Antequera y decenas de programas musicales, radioteatros y programas culturales que convirtieron a Ñanduti en principal referencia radial de nuestro país.
Para la generación actual la influencia de las radios AM o FM es muy distinta a la que tenían en la década del sesenta del siglo pasado. Hoy en día, suena incomprensible que el gobierno se disgustara seriamente con Humberto Rubín por seguir transmitiendo durante la Semana Santa. La crítica política vendría mucho después, primero vendría el walkie talkie, después la posibilidad de que la audiencia participara por teléfono. Las tibias opiniones disidentes empezaron a fines de la década del setenta. El Paraguay vivía una dictadura que asfixiaba a la prensa y los medios medían hasta dónde podían llegar. Ñandutí y Cáritas eran la prudente vanguardia de la defensa de los derechos humanos.
En 1982, Humberto ya era una figura desagradable para el dictador: Le prohibieron participar de la campaña de Teletón, uno de los castigos que más le dolió, pues había puesto toda su ilusión en ello.
Era ya “el judío tenebroso”, el enemigo de una dictadura que cada día se quedaba más aislada. Ñandutí y Humberto, pese al asedio del régimen, habían impuesto su liderazgo. Sus horarios y estilos eran copiados, Humberto había transformado a Ñandutí en una escuela de periodistas que trabajarían después en otras radios y le estarían siempre agradecidos, y desplegaría, cada vez con mayor desenfado, un estilo personal de “tuteo” a sus entrevistados, que se ampliaría a medida que la edad lo hacía sentir más autorizado a ello.
Por largo tiempo, la radio se daría el lujo de prescindir de programas de música y deportes, algo hasta entonces impensable en la AM. Solo información, opinión y programas de cultura. Para lo último estaba ella, Gloria, su compañera leal, siempre presente. Lo que vino después, la leyenda de la represión y la resistencia, está muy bien relatada en este prolijo y entrañable libro de Sergio Ferreira. Las horas de Humberto “demorado” en las comisarías de Asunción, la “noche de cristales rotos”, los paneles, las interferencias y el largo silencio.
Silencio en el éter, pero no en la sociedad paraguaya, donde Ñanduti ya era un símbolo. Si en los años finales del stronismo la emisora fue un refugio de la oposición, en la transición democrática fue la plataforma más legítima y popular de proyección de nuevas expresiones políticas.
Sergio Ferreira, con gran rigor histórico, describe la activa y natural adaptación de Humberto Rubín a las nuevas circunstancias que enfrentaría el Paraguay a partir del golpe de Estado de 1989: la posibilidad de una amplia libertad de expresión. Ñandutí, según su lema, siempre había luchado por eso. Humberto fue fiel a sí mismo, siguió siendo tolerante y democrático.
La última etapa de su vida fue llenada por Humberto por una inmensidad de proyectos periodísticos, tanto radiales como televisivos, ambientales y sociales, que no se apagaron hasta que sus fuerzas no le dieron más. El autor los relata, una vez más, minuciosamente. Su voz, tan cálida, tan emotiva, tan envolvente, sigue y seguirá escuchándose por mucho tiempo en las grabaciones de poesías y breves comentarios de la radio que había fundado en 1962. Este libro de Sergio Ferreira es un hermoso homenaje a esa voz y a esa irremplazable trayectoria.
La historia de Humberto
Años antes de su fallecimiento, Humberto Rubín accedió a una serie de entrevistas con Sergio Ferreira, el autor del libro “Humberto - Retrato de un hombre que amaba la libertad”, editado por la editorial Servilibro.
En esta obra, el periodista habla sobre su infancia en Pilar, su juventud revolucionaria y sus pasos por el teatro como actor, también sobre sus años en Montevideo, donde fraguó su profesionalismo como hombre de radio.
La fundación de Ñandutí en los albores de los sesenta ocupa buena parte del libro, así como los duros años ochenta, cuando la dictadura jugó a matar a la emisora rebelde. Ñanduti sobrevivió y se convirtió en un baluarte de la construcción de la democracia en los noventa.
Tras el fallecimiento de Humberto, en julio de 2022, Ferreira rescató las entrevistas de diez años atrás y las complementó con investigación, y una nueva serie de entrevistas cedidas por Gloria Rubin, protagonista de la historia de Ñanduti desde sus comienzos.