Alrededor de las 09:40 de este viernes, un móvil de la Corte Suprema de Justicia llegó al portón de acceso del Complejo Aqua Village, ubicado en Altos, Departamento de Cordillera.
En ese lugar, se constituye el Tribunal de Sentencia que juzga al senador Erico Galeano por presunto lavado de dinero del narcotráfico y enriquecimiento ilícito, en una causa que se desprende de A Ultranza Py.
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Los jueces Pablino Barreto, Inés Galarza y Juan Dávalos inspeccionarán la casa que el entonces diputado colorado vendió a Hugo Manuel González Ramos, quien era cercano a Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico.
La constitución es para que los magistrados cuenten con un panorama de la propiedad y si era posible que la residencia valiera USD 1.000.000.
La venta se ejecutó en efectivo en el año 2020, en plena pandemia por el Covid-19.
Galeano adquirió la propiedad por la suma de USD 210.000. Sin embargo, la venta quintuplica el monto que había abonado para su adquisición, según la acusación.
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Además, la escritura pública y la declaración de la escribana en juicio oral sostienen que González Ramos no tenía la capacidad económica para pagar la citada suma en efectivo.
El juicio oral comenzó en agosto pasado, y ya declararon varios testigos. El proceso se desarrolla de acuerdo con el tiempo con que cuentan los jueces, teniendo en cuenta la cantidad de audiencias que realizan.
El fiscal Silvio Corbeta explicó que a todas las partes, tanto a la defensa como al Ministerio Público, se les dio oportunidad de resaltar las cuestiones que creían pertinentes.
No obstante, sobre la presencia en la casa, dijo: “No vamos a adelantar absolutamente nada”, ya que harán durante los alegatos finales.
“Fiscalía tergiversa información”
Por la defensa de Erico Galeano, los abogados Ricardo Estigarribia y Luis Almada dieron declaraciones ante la prensa.
Ambos profesionales sostuvieron que la “Fiscalía tergiversa datos” en torno al caso, informó la periodista Tamara Celano.
Sobre el punto, explicó que, si bien los jueces no son peritos, el objetivo era que conocieran in situ la ubicación, el tipo de construcción, lo que había en la casa y, por sobre todo, qué valor creen que tiene la vivienda.
La defensa llevó a su perito tasador que va a deponer el próximo jueves para explicar el valor del inmueble, por qué concluye que tiene ese valor elevado y que el precio de venta no escapa de los parámetros normales de ese inmueble.
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Según Estigarribia, el valor de venta es superior al millón de dólares, sobre todo por la ubicación.
En cuanto a los USD 210.000 que pagó Galeano para adquirir la propiedad, el letrado precisó que la compra fue en el 2011 por un terreno baldío que, según una inmobiliaria, creció un 168%.
“No es solamente el terreno, y sobre este existe una construcción que no es simple, es prémium. A partir de ahí sale 1 millón. Eso es lo que transmite mal el Ministerio Público, porque dice que compró por USD 210.000 y que vendió por USD 1.000.000. Pero compró un terreno pelado en el 2011”, subrayó.
El abogado Luis Almada agregó que la constitución del Juzgado está “muy lejos de cubrir un hueco con relación al conocimiento de Erico Galeano de quién era el comprador. Esta constitución no tiene como objetivo definir ese punto, es meramente referencial”.
“Lo que dice el Ministerio Público es que se sobrevaloró la propiedad en una etapa de pandemia. Hay una tergiversación informativa en este punto. Se hace un ‘une con flecha’ muy básico, cuando en realidad hay que definir cuál es el conocimiento que tenía el vendedor con relación al comprador. Ese es el punto neurálgico”, reforzó.
Almada reiteró que el senador Erico Galeano no sabía quién era el comprador y “eso es lo que la Fiscalía no puede llenar”.
Además, señaló que la vinculación de la avioneta de Galeano con los presuntos narcotraficantes Tío Rico y Sebastián Marset “es errónea”.
“Hay un informe de la Dinac donde documenta que no solamente un avión, sino que 19 aviones que estaban a disposición en los hangares para vuelos privados eran utilizados por cualquier tipo de persona. Cualquiera podía contratar, simplemente teníamos que tener USD 700.000 o USD 800.000 para hacer esos viajes y lo hacíamos. Esos vuelos estaban totalmente controlados”, explicó.
Por ello, afirmó que Galeano no podía conocer quiénes usaban su avioneta, la cual estaba disponible para vuelos privados.