Se trata de Mariela Morínigo Toledo, de profesión enfermera, quien quedó viuda, víctima del Covid-19.
Desde entonces, comenzó a emprender un negocio para buscar salir adelante, ya que en el proceso de tratamiento y fallecimiento de su esposo había perdido su trabajo.
Al quedar huérfanos de padre, sus dos hijos, ella pensó que tenía que luchar como sea para sacarlos a flote y fue entonces que comenzó con Josue Creaciones, una microempresa dedicada a la artesanía. Mariela realiza confecciones de prendas de vestir, además del forrado en cuero y cuerina de termos, zapatillas; elabora bolsos artesanales, entre otros objetos. También concreta diseño y creación de muebles de madera en su taller de carpintería, comandado por ella misma. A pesar de que es diplomada en Gerontología, no consiguió más trabajo tras la partida de su pareja. Por tanto, optó por la artesanía que incluye la tradicional confección de ñandutí y ao po’i.
Cuenta que el año pasado consiguió un viaje a Taiwán, becada por el gobierno del país asiático, luego de que se difundiera su historia de vida. “Felizmente, desde el inicio de esta actividad me fue bien y toda mi historia de vida fue una cuestión que cautivó a los taiwaneses. Mediante un concurso realizado entre mujeres emprendedoras del Paraguay, me eligieron para participar de manera totalmente gratuita del curso de capacitación textil y confecciones en Taipei”, relata emocionada Mariela.
Su historia cautivó tanto al público taiwanés –dice– que objeto de una impecable atención durante los quince días que permaneció en la isla taiwanesa. “Fue una experiencia muy linda visitar tan lejano país y gozar de las atenciones recibidas allá, donde aprendí mucho sobre las cosas que estoy haciendo. Por eso agradezco a las personas que posibilitaron mi viaje y estadía; todo de manera gratuita con mis dos hijos“, señala.
INFATIGABLE. La emprendedora, además de invertir mucho tiempo en sus tareas cotidianas, con mucho esfuerzo, sigue estudiando.
Tal es así que asiste a las clases del segundo año de la carrera de Derecho en la filial Colonias Unidas de una conocida universidad. Aparte, estudia licenciatura en Lingüística Guaraní en el Ateneo Paraguayo, sucursal Hohenau.
“Mis trabajos artesanales me llevan mucho tiempo porque hay que dedicarse a full. Sin embargo, pensando en el futuro de mis hijos y el mío, hago un gran esfuerzo para seguir estudiando en simultáneo dos carreras que me gustan mucho como es el Derecho y el Guaraní”, apunta.
Sus hijos, incluso, ya le están ayudando en sus quehaceres. “Ellos me ayudan en todo lo posible y de acuerdo a las posibilidades, porque también van a la escuela y son niños que hacen otras actividades naturales para sus edades”, cuenta.
Sobre la demanda de sus objetos artesanales, refirió que todos los días recibe pedidos de sus clientes, extendidos en todo el país. “Tengo que agradecer a Dios porque cada vez vendo más y más, ya que recibo diariamente numerosos pedidos. Además, los clientes de la zona ya saben mi local; entonces llegan y adquieren lo que está a la vista”, indica.
Para cumplir con los pedidos, no tiene horario para hacer sus tareas. A veces, después de salir de la facultad sigue trabajando en su taller. O si hace falta, se levanta de madrugada y echa mano a la obra. Mariela recibió –hace unas semanas– un nuevo reconocimiento en la ciudad de Posadas, Argentina, por parte de la organización Soroptimist International. “Fui premiada por mis emprendimientos por dicha organización internacional por el Día de la Mujer, el 8 de marzo. Agradezco mucho y me compromete para seguir luchando”, sostiene.
Para finalizar, deja un mensaje a todas las mujeres: “Creo que tenemos que luchar por nuestros sueños; poner empeño y dedicación, trabajar con amor y el resto viene solo”.