14 ene. 2025

Tomás Rivas y los caseros de oro, impune estafa contra el Estado

El ex diputado colorado Tomás Rivas fue sobreseído definitivamente, por segunda vez, en el caso de los caseros de oro. El Tribunal ha dictaminado que el daño ya fue reparado mediante un acuerdo entre el político y la Procuraduría General de la República. Los caseros; sin embargo, sí habían sido condenados, aunque con penas mínimas. Sin dudas nos encontramos frente a otro deplorable caso de impunidad, y una vez más, la garantía constitucional de que todos somos iguales ante la ley se convierte en mera letra muerta.

En el mes de febrero de 2017, un equipo periodístico de Última Hora pudo corroborar durante varias semanas que, Nery Antonio Franco, Reinaldo Chaparro y Lucio Romero Caballero cumplían tareas particulares en una residencia de la familia del parlamentario colorado Tomás Rivas en la ciudad de Lambaré, en una estancia suya en Mbuyapey y en una empresa particular en la ciudad de Ybycuí.

Lucio Romero era capataz de una estancia en Mbuyapey, en Paraguarí, que –de acuerdo con los lugareños– pertenece al diputado Tomás Rivas y cobraba mensualmente en la Cámara Baja un salario de G. 2 millones. Reinaldo Chaparro figuraba en la nómina de funcionarios de Diputados, donde ingresó como contratado en 2013, percibía un salario mensual de G. 2 millones, pero cumplía labores en una residencia de la familia del diputado. Nery Franco, por su parte, figuraba como funcionario de la Cámara de Diputados desde octubre del 2016, con un salario mensual de G. 3 millones, y trabajaba a tiempo completo en el comercio familiar en Ybycuí.

A partir de la investigación se hizo conocido el caso como “caseros de oro” y por fin, en 2021, los acusados fueron condenados a dos años de cárcel con la suspensión a prueba de la ejecución de la pena; vale decir que los tres fueron hallados culpables por cobro indebido de honorarios, pero no fueron a prisión.

Después de siete años, nuestra Justicia, que responde exactamente a la descripción que hacía monseñor Arnulfo Romero, el santo de El Salvador, “La justicia es igual a las serpientes. Sólo muerden a los que están descalzos”. Por eso, el ex diputado colorado cartista Tomás Rivas fue sobreseído definitivamente por segunda vez en el caso de los caseros de oro.

En un primer juicio, Rivas había sido sobreseído por un Tribunal por la reparación del daño causado; sin embargo, posteriormente se anuló esta sentencia y se ordenó un nuevo juzgamiento.

Ahora, el Tribunal de Sentencia, a cargo de los jueces Laura Ocampos, Darío Báez y Fabián Weisensee, dispuso el sobreseimiento definitivo por el hecho punible de estafa; esto no significa una absolución propiamente dicha, ya que el legislador ni siquiera fue juzgado. Esto mismo sucedió en el primer juicio que se había intentado realizar en 2021; esa vez se había dado por valido un acuerdo que habían firmado Tomás Rivas y Pedro Alliana, en aquel entonces presidente de la cámara de Diputados, actualmente vicepresidente de la República. Dicho acuerdo fue por más de 121 millones de guaraníes en concepto de reintegro a diputados; Tomás Rivas también ofreció depositar al Ministerio de Educación en carácter de reparación de daño social la suma de 47 millones de guaraníes.

Sobre este caso ameritan dos puntualizaciones. Primera, los caseros fueron condenados, el diputado que les pagaba con dinero público para que trabajaran para él en su casa y estancia, no. Segunda, si una persona es inocente, ¿por qué buscaría resarcir monetariamente?

La Justicia paraguaya sigue siendo víctima de las deplorables maniobras dilatorias, de las llamadas chicanas judiciales. Pero, además de dichas dilaciones, resulta muy preocupante que el poder político y económico en el Paraguay se siga beneficiando de la lentitud y la impunidad que les regala la Justicia, que solamente se aplica con todo el rigor y fuerza de la ley a quienes carecen de recursos. Tristemente, el artículo 47 de la Constitución Nacional, que garantiza a todos los habitantes de la República la igualdad para el acceso a la Justicia, así como la igualdad ante las leyes, es letra muerta. Por eso hoy seguimos lamentando un nuevo caso de impunidad ante una estafa al Estado paraguayo.

Más contenido de esta sección
Recientemente fue detenido un concejal colorado, Bruno Joel Jorgge Arriola, presunto líder de una organización internacional de narcotráfico, por su vinculación en un esquema de envío de droga a Europa. Este es otro caso que suma a una larga lista de políticos paraguayos vinculados al narcotráfico. El narco planta su bandera en el país en los años 60 y se fortalece durante la dictadura de Stroessner; desde entonces ha ido creciendo su influencia, con el crimen organizdo de la mano, filtrando las instituciones del Estado.
El Presupuesto 2025 muestra cambios poco relevantes frente a los grandes desafíos que enfrenta el país y, al contrario, es preocupante que sin cambios en el Presupuesto General y de Ingresos lo más relevante sea el incremento de los recursos destinados a pagar los compromisos de la deuda. Es decir, se mantendrá la mala calidad de los servicios públicos, pero haremos más esfuerzo por pagar una deuda que hasta ahora no ha mostrado efectos en el desarrollo y bienestar, ya que la mayor parte de los indicadores sociales y económicos se han estancado en la última década que coincide con el aumento del endeudamiento.
Mientras el presidente de la República sigue haciendo promesas de construcción de hospitales, la salud pública en el Paraguay sigue en situación de crisis. Se hace evidente que no está funcionando el sistema porque a diario se reproducen los reclamos por la atención, por la falta de medicamentos e insuficientes camas de UTI en todo el país, a pesar de que a lo largo de los años fue aumentando el presupuesto asignado a salud y es evidente que no es suficiente. Las políticas públicas deben ser más efectivas y dar respuestas a la gente.