La huelga generalde 1994, convocada por las dos centrales sindicales más fuertes de ese entonces, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Central Nacional de Trabajadores (CNT) se desarrolló ante un gran descontento social y el peligro de la privatización de importantes servicios públicos, recordó Ramón Fogel en entrevista telefónica con ULTIMAHORA.COM.
“Cartes al igual que Wasmosy, confunde el manejo estatal con el manejo empresarial, y ese modelo es el que castiga a los sectores sociales que terminan mostrando su descontento con la huelga general”, opinó Fogel.
Para el sociólogo, quien oficia de catedrático de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), el presidente Horacio Cartes “desea instalar un modelo neoliberal con 20 años de atraso, un anacronismo increíble”, según su parecer.
Sobre el futuro del movimiento sindical después de la huelga general del 26 de marzo, Fogel rescató que es positiva la articulación de los sindicatos después de dos décadas. Apuntó que lo más llamativo es la unión de los sindicalistas con los campesinos, que será “el palo en la rueda” a las privatizaciones encubiertas en la cuestionada ley de Alianza Público Privada (APP), según el estudioso.
“Es probable que si las organizaciones de trabajadores dejan las diferencias de lado, este país pueda encaminarse hacia una tradición sindical ausente”. Agregó que es necesaria la articulación de las centrales sindicales ya que en un futuro no muy lejano, se instalarán empresas maquiladoras en nuestro país, y se debe velar por la no explotación de los paraguayos.
Respecto al gobierno del colorado Juan Carlos Wasmosy (1993-1998), recordó que su plan privatizador consistió en lograr que sus empresas sean las encargadas de regular las grandes licitaciones de obras públicas a comienzos de la década de 1990. “Wasmosy logró sacar al ejército del monopolio del contrabando y las grandes licitaciones, fue por eso que chocó directamente con el general Lino Oviedo.”
Puntualizó que Horacio Cartes está a tiempo de rever su postura ya que su mandato podría acabar como el del citado expresidente. “Si Cartes no cambia el libreto podría terminar como Wasmosy”, sentenció.
Por su parte, el periodista Antonio Pecci, miembro de la Mesa Memoria Histórica, rememoró que el detonante del paro de 1994 fue el plan privatizador de empresas públicas, entre ellas la desaparecida Líneas Aéreas Paraguayas (LAP).
“Había un ambiente de descontento social, la gente esperaba más de la transición democrática, existía un malhumor generalizado de la sociedad paraguaya en aquel tiempo, un malhumor muy similar al de hoy en día”, relató el experimentado periodista.
Señaló que en el 94 un poderoso sector del gobernante Partido Colorado liderado por el caudillo Luis María Argaña, aprovechó el duro internismo que desangró al oficialismo en las turbias internas de 1992 y apoyó la huelga general de ese año.
“El paro de 1994 fue organizado con mucha precisión, ese día casi no hubo comercios abiertos ni transporte público, el país paró a pesar de que el Gobierno opinó que fue un fracaso”, comentó.
La huelga general de 1994 fue pacífica, tuvo gran acatamiento de las centrales sindicales y fue bien vista por la ciudadanía. Las manifestaciones fueron pacíficas en la ciudad capital. En el campo, la represión policial arrojó un fallecido. Significó la primera prueba para el ex presidente Juan Carlos Wasmosy.
20 años después, la prueba es para otro empresario colorado devenido a político y presidente: Horacio Cartes.