Así le gritaron en la cancha, al final de un partido, en medio de emociones exaltadas porque Olimpia había perdido otro partido. Así le gritaron al capitán: “Richard, ¡devolvé tu sueldo!”. A pesar de lo trágico de la situación, resultó medio simpático todo porque mirá que le estás gritando a una persona que juega fútbol, amigo. No obstante, el mismo fanático exacerbado por un resultado –catastrófico ciertamente– no se animaría a ir a plantarse frente al edificio del Parlamento y decirle lo mismo a Bachi Núñez, a Chaqueñito o Norma Aquino, aka Yamy Nal.
¡Ja! Ya les quiero ver parados ahí sobre la calle El Paraguayo Independiente, detrás de la barrera, los cascos azules y la montada, gritando: “Chaqueñito, ¡devolvé tu sueldo! ¡Que se vayan todos! ¡Devuelvan los privilegios y los peajes!”.
No estoy de acuerdo con que le echen la culpa de todo al Capi, no hay que olvidarse de denostar contra Coto; sin embargo, coincido con la preocupación por el horrible momento de Olimpia. Porque sigue vigente aquello de “si no te hace sufrir no es Olimpia”, esto es una carrera de resistencia, una forma de masoquismo.
Por culpa de esta gente iniciamos la semana con un tremendo pirevai. Ahora somos el hazmerreír del condado, soportamos el bullying de todo el mundo, porque todo el mundo le gana a Olimpia, y estamos tan cerca del descenso, bueno quizá no, pero se siente de esa manera.
Los jugadores de fútbol profesional no hacen otra cosa en la vida que jugar al fútbol, y se supone que eso les gusta, bueno al menos a la gran mayoría de los varones les gusta mucho el fútbol.
El mundo les sonríe. Ganan buenos salarios, son famosos, tienen privilegios; no como las chicas que juegan al fútbol, pero son ninguneadas. ¿Se acuerdan de aquella vez que al final de un torneo a la mejor jugadora le regalaron un juego de cubiertos? Y eso que Claudia Martínez, de 17 años, jugadora del Club Olimpia, está nominada como Mejor Jugadora Sub 21 en los premios Balón de Oro 2025, otorgados por la revista France Football.
Decime sinceramente: ¿Le ves al Capi con un juego de ollas como premio?
Los jugadores de fútbol duermen en una cama cómoda ahí en la Villa, donde también les dan de comer, no esperan el ómnibus de madrugada, no viajan en una chatarra inmunda subsidiada con millones, apachurrados entre decenas de otras personas que deben llegar a un trabajo mal pagado donde se les explota o maltrata o subestima. Tampoco trabajan poniendo ladrillo sobre ladrillo bajo un sol implacable, con un calor de 48 grados. Una sola cosa deben hacer bien en la vida, y eso no son capaces de hacer.
El pasado domingo Nacional le ganó a Olimpia, 4 a 1. Le hizo tres goles en 20 minutos. Y dicen que no le marcaban tres goles en 20 minutos a Olimpia desde el 30 de julio de 2010. Rubio Ñu cuando le tenía a Chiqui Arce como DT le hizo tres goles en 13 minutos al Franjeado. Y seguimos haciendo historia…
Hace poco repetíamos todos como loritos que al menos el fútbol nos da alegrías a los paraguayos. Lo decíamos por la clasificación de la Selección al Mundial 2026, la chilena de Tony, el gol de Galarza, la garra guaraní, desde que nacííí soy albirrooojooooo...
Y está más que claro que a los olimpistas tampoco el fútbol nos da alegrías. Precisamente en eso me quedé pensando, que es una vergüenza que, habiendo tantos despelotes en el país y en el mundo, una se ponga triste porque el equipo no sea capaz de ganar UN partido.
Decimos que solo el fútbol nos hace felices, y no entiendo cuándo vamos a empezar a reclamar más felicidad en el país. Cuándo le vamos a gritar a Santiago Peña: “¡Devolvé tu sueldo!”. Cuánto más de paciencia les vamos a tener a los políticos corruptos que nos roban felicidad, salud, educación y empleos dignos. Porque el sufrimiento que ellos nos causan es mucho peor que la tristeza de verle jugar a Olimpia.
