29 abr. 2024

Remigio Pereira, músico y docente

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La pérdida de una persona de múltiples facetas, cuyo aporte a nuestra cultura fue altamente valioso, impacta al medio artístico. Hijo de un destacado intérprete musical, Arturo Pereira, superando múltiples dificultades Remigio Pereira abrazó el arte musical con singular dedicación.

El maestro Juan Carlos Dos Santos, director de la Sinfónica Nacional, lo evoca así: “Remigio Pereira Pintos fue un destacadísimo músico compatriota de cualidades superiores como compositor, instrumentista y arreglador. Participó de importantes eventos internacionales en los que se destacó nítidamente dando brillo a la música del Paraguay. En sus creaciones utilizaba recursos de la música contemporánea con sustento en los aires nacionales paraguayos en una posición de claro vanguardismo sinfónico. Su labor como instrumentista y compositor es invaluable. Varias de sus creaciones fueron estrenadas y grabadas por la Sinfónica Nacional del Paraguay con la participación de muy destacados artistas nacionales y extranjeros. Siempre será recordado como la gran persona y profesional que fue”. El mismo fue trombonista y arreglador en la OSN.

UNA SÓLIDA FORMACIÓN

La joven intérprete musical y docente Fátima Abramo acerca partes de una entrevista, que realizó como parte de un trabajo que está elaborando, y que permite conocer su pensamiento. Sobre las difíciles condiciones locales, el maestro relata que se armó de valor, decidido a desafiar al sistema y aplicó para una beca en Brasil para estudiar por un breve lapso de tiempo. “Mis primeros estudios musicales los hice con Arturo (Pereira), a él le debo mucho, realmente yo tengo formación clásica. Luego estudié en la Escuela de Música de Brasilia, pero también hago mucha música popular, jazz. Hoy día el músico tiene que estar preparado para tocar todo, las formaciones se diferencian seguramente dentro de lo académico, pero un músico tiene que hacer música. Además, en algunos lugares se gana bien, pero a veces no lo suficiente. Se dice que la música es ‘el arte de combinar los horarios’ (ríe). Uno tiene que estar haciendo de todo un poco a veces”. Sobre el enfoque y visión actual como músico, compositor y docente, Pereira refiere: “Lo ideal para nuestra música es que hubiera compositores de tiempo completo, porque hay una necesidad de composiciones nuevas. Como colectivo, tenemos que producir. En mi caso, no tengo una formación académica en composición, tengo estudios hechos con maestros como Florentín Giménez o con mi padre. Hay una falta de creadores, tiene que haber más gente que con toda su locura venga y diga: Esto es lo que yo hago”. Una mirada crítica necesaria para dar pasos que hagan crecer en cantidad y calidad nuestra producción musical. Lo cual tiene que ver con políticas públicas.

El periodista y dramaturgo Alcibiades González Delvalle describe el hueco que deja: “Con la muerte de Remigio Pereira la música y el teatro están de luto, es decir, doloridos porque nunca más contarán con el talento de un artista excepcional. Fui más amigo del padre, el inolvidable Arturo, con quien he disfrutado largos momentos de su increíble generosidad con cualquiera que le necesitara. Estaba lleno de sensibilidad artística y humana, la que ha transmitido a Remigio que nació con la música bajo el brazo, y con la música murió. Se fue joven como suelen hacerlo los talentos en nuestro país.

Pero tuvo tiempo de adornar con sus composiciones las obras teatrales que necesitaban de su concurso para que el público tuviera el goce de la obra y el goce de su música. Claro que se lo va a extrañar. Las veces que un director de teatro busca engalanar su puesta pensará en Remigio, extrañará a Remigio, querrá que estuviese presente con su solidaridad que la derramó a manos llenas”. Recordemos que fue también impulsor del Museo José Asunción Flores de Punta Karapã.

Desde el Camarin Teatral, que dirige la dramaturga y directora Raquel Rojas, se señala que desde el año 2000 Remigio Pereira, en su condición de músico, instrumentista y compositor, realizó las composiciones de las obras teatrales de corte históricas como Pancha y Elisa, de Augusto Roa Bastos, interpretada por la OSN en su estreno en el Teatro Municipal; Facunda desterrada, de Fernando Arrabal, puesta en escena en el 2011; llevó a cabo la recuperación y transcripción de las partituras para dos versiones escénicas de Flores en Punta Karapã y Flores para Flores, de Raquel Rojas, en el Teatro Municipal, y luego asesoró la versión del podcast Flores y guaranias. Remigio Pereira hizo los arreglos de la obra y dirigió la orquesta en vivo de Vinicius, una pasión, por los 50 años de la bossa nova, y como compositor de obras teatrales musicalizó la obra Mujeres que robaron el fuego, sobre los Ayoreos de Rojas que obtuvo el Premio Arturo Alsina en el 2003; y escribió la partitura musical de la obra de Dario Fo que obtuviera el Premio Molière de la Embajada Francesa, Ndajapagamoai. “La música y el teatro pierden uno de los creadores más prolíficos y mejor formados que existía en el Paraguay cultural”.

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