Orientaciones. Saber cómo actuar cuando toca encontrarse con una persona que tiene TEA ayudará a evitar angustias a su familia y a crear conciencia en la sociedad.
La magíster en Psicología clínica y neuropsicología Yerutí Montaner, en primer término, deja en claro que debe saberse que uno va a encontrarse con la complejidad de la situación porque cada persona con TEA es diferente.
Como una de las primeras medidas, la profesional recomienda ponerse en contacto con el servicio del 147, si es niño, y el 911 en el caso de ser adulto.
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Mientras aguardan la llegada de los funcionarios de estos servicios, lo ideal es ir acercándose lentamente a la persona con TEA, pero manteniendo una distancia prudencial.
“Hay que ofrecerle algo, ya sea agua, un caramelo o lo que se tenga. Generalmente ellos lo que más aceptan es la comida. Hacerle escuchar música, tratar de entretenerlo de alguna forma”, sugiere la profesional.
También recomienda hablar en tono suave, sin levantar la voz, realizando gestos e intentando tener contacto visual. Si la persona no permite el acercamiento o no responde –porque muchos no hablan– uno puede simplemente seguirla sin que se dé cuenta.
“No deben acercase demasiado ni intentar atajarla, porque esta persona puede empujar a quien lo intente y luego correr”, puntualizó.
Crítica a trabajo de la Fiscalía
La profesional, quien también es voluntaria de la Aso TEA Py, fue enfática al decir que no deben esperarse 24 horas para buscar a quien tiene TEA. La búsqueda debe iniciarse de manera inmediata.
“Cualquier discapacidad, cualquiera sea que tenga el niño, no importa qué nivel sea, la búsqueda tiene que ser inmediata. La Fiscalía no tiene que esperar 24 horas”, recalcó la magíster.
En caso de que la persona permita el acercamiento suficiente, uno puede fijarse si cuenta con algún tipo de identificación que pueda facilitar sus datos.
Los padres y familiares pueden también enseñarles información básica, su número de teléfono, nombre y apellido, colocarles pulseras de identificación y ropa identificable.
También recomienda que los niños tengan sus remeras identificatorias, a la par de realizar entrenamientos y prácticas de recorrido. También, que sepan cuándo acudir a un adulto o policía si está perdido.
“Sería superoportuno que los niños tengan su remera. Entrenamientos y prácticas en espacios de recorrido”, recomienda. Agrega, además, que las personas con TEA no pueden reconocer cuándo detenerse y no alejarse.
Las redes de apoyo a nivel comunal son importantes cuando los vecinos están al tanto de que una persona es autista.