Antonio V. Pecci | Periodista | antoniopecci50@gmail.com
Proveniente de una familia de músicos que marcaron su aporte en la especialidad que eligieron, Mauricio Pinchi Cardozo Ocampo aceptó dialogar con el Correo Semanal desnudando algunas verdades sobre la situación de este ritmo tan peculiar creado por José Asunción Flores hace casi 90 años. Le preocupa su no vigencia actual y, por el otro lado, el interés que despierta en aquellos jóvenes a quienes se les invita a crear. Una mirada a nuestra cultura, en que la música ha jugado un papel fundamental en la definición de la identidad de los ciudadanos. Pero que precisa quizá de políticas públicas bien enfocadas.
–¿Te parece que la guarania sigue vigente en el mundo del espectáculo musical paraguayo?
–La guarania se encuentra prácticamente desaparecida en el mundo del espectáculo musical. Por lo general, se recurre a alegres y aceleradas polcas para provocar el aplauso festivalero y se deja de lado a las sentimentales guaranias, quizá por la falta de renovación de repertorio o del aggiornamiento en su interpretación o acompañamiento.
Pero por la experiencia que hemos tenido con las presentaciones del proyecto de Ricardo Flecha Donde la Guarania crece notamos que sigue muy viva en el corazón de la gente que acompaña emocionada, cantando o tarareando cada clásico del repertorio de guaranias.
–¿Cómo ves el proceso de acercamiento que algunos músicos han hecho de tocar guaranias con toques de jazz y otros con un sonido rock?
–El gran don Mauricio siempre nos decía: “A la música paraguaya hay que interpretarla con todo tipo de instrumentos para que se mantenga vigente y atractiva para las nuevas generaciones”.
Considero que todos los intentos de modernizar la guarania son válidos. Algunos fracasaran en el intento, pero intentando es la única forma de lograr tarde o temprano una nueva forma de interpretarla para que perdure en el tiempo.
En el nuevo material que preparamos, La guarania crece en los territorios del agua, Flecha ha tenido la genial idea de incorporar las guaranias de jóvenes cantautores que, con su creatividad y un nuevo enfoque, aportan novedosos elementos temáticos, poéticos y musicales para poder seguir desarrollando tan noble género.
Tocar con Berta y Paquito
Recientemente has tenido varias experiencias muy distintas. Por un lado, las versiones más apegadas a la tradición en arreglos para Ricardo Flecha y, por otro, las que realizaste para Berta Rojas y Paquito D’Rivera, con fuerte toque jazzístico. ¿Qué sensación te han dejado dichas experiencias?
–Con mi hermano Oscar, tuvimos la oportunidad de crecer y desarrollarnos musicalmente en el medio profesional argentino que, por su magnitud y dinamismo, nos permitió cultivar casi todos los géneros, desde el folclore, el tango o el jazz con todas sus variantes. Gracias a esto nos “equipamos” para trabajar en cada género con bastante facilidad y conocimiento. Lo importante es darle a cada uno de ellos su verdadero carácter.
A las guaranias, por ejemplo, se les puede dar un sutil toque jazzístico en sus armonías, pero sin exagerar ni desvirtuar su espíritu. Hay otros valiosos recursos armónicos que nos han legado grandes músicos de la historia como Fréderic Chopin o Serguéi Rachmáninov que, entre otros, son fuente de valiosos elementos musicales a tener en cuenta.
Con respecto a la experiencia con Berta Rojas y Paquito D’Rivera fue la increíble oportunidad que me dio Berta, a la cual estaré siempre agradecido, de trabajar con la maravillosa música de Barrios y de expresar mi “lado jazzístico” nada menos que con un intérprete de la talla de Paquito D’Rivera. Dicho sea de paso, Paquito grabó en su último disco con su quinteto una versión con arreglo mío de Las abejas.
–Oscar también ha marcado su impronta con Piano paraguayo, ¿cómo definirías esa propuesta?
–Considero que Piano paraguayo, de Oscar, es el mayor aporte a la música paraguaya de los últimos tiempos. Es un verdadero “manual” de música paraguaya en el cual aporta los elementos armónicos, melódicos y rítmicos más importantes desde José Asunción Flores.
Así como Astor Piazzolla renovó al tango o Antonio Carlos Jobin cambió con la bossa nova la música del Brasil, Oscar Cardozo Ocampo marca un antes y después en nuestra música con su Piano paraguayo y todo su legado.
–¿Qué compositores que han hecho guarania te gustan?
–En primer lugar nombro a don Mauricio Cardozo Ocampo (será porque lo llevo en la sangre), un melodista profundamente inspirado y con la casi imposible condición de que sus letras son verdaderas poesías a la altura de su sublime inspiración musical.
Flores, un genio que tiene la rarísima virtud de haber creado un “género musical contemporáneo”. Sus bellísimas guaranias expresan el sentir, el latir y el respirar de todo un pueblo y el maestro lo hace con la sencillez y profundidad de los grandes, llevando la guarania hasta el territorio del poema sinfónico.
Completan mi “cuadro de honor” grandes creadores como Herminio Giménez, Demetrio Ortiz y Emigdio Ayala Báez.
Flecha y los nuevos cradores
–¿Un ritmo como la guarania puede decirle algo a la gente hoy? ¿Tendría que apelar a una fusión con otros ritmos?
–Grabar el disco La guarania crece en los territorios del agua me dio la oportunidad de trabajar con jóvenes compositores que me demuestran que no es necesario apelar a fusiones o elementos extraños al género. Autores como David Portillo, Hugo Ferreira, Ángel Molina, Norma Ávila, Cristian Silva y Jaime Zacher, han encontrado nuevos elementos temáticos, melódicos, armónicos y poéticos que reflejan una nueva, fresca y atractiva forma de expresar los sentimientos a través de la guarania. Un importantísimo hallazgo que servirá de ejemplo y aliciente a nuestros músicos para volcarse a componer guaranias.
–¿Cómo ves a nuestros intérpretes del canto y de instrumentos en cuanto a su nivel de capacidades, estamos igual que hace unos años, hemos retrocedido o avanzado? ¿Qué hace falta?
–Nuestro pueblo es netamente musical y de él brotan excelentes cantantes y músicos en todos los instrumentos y modalidades. La tecnología nos está haciendo salir del ostracismo en que han vivido generaciones y generaciones de paraguayos y gracias a ello nuestros jóvenes se vuelcan entusiastamente a la música, pudiendo tener acceso a toda la información y tendencias musicales de la época. En ese aspecto estamos mucho mejor que antes y pienso que el fruto artístico ya se percibe y se irá incrementando en los próximos años.
Finalmente agrega: “Invito a los jóvenes a buscar su verdadera expresión artística en la identidad de nuestras fuentes. Allí encontrarán la manera auténtica de canalizar el sentimiento y el talento. Nuestra cultura nos distingue y nos hace únicos dentro de la gran ‘paleta artística’ del universo. Paraguay tiene mucha música para darle al mundo”.
