25 abr. 2024

“Pasamos por muchas situaciones en el trascurso de la película”

Con el cuidado y reserva para mantener el misterio, los protagonistas de Matar a un muerto, Éver Enciso y Aníbal Ortiz, comparten detalles sobre la película que llega el 5 de marzo a las salas de cine.

Protagonistas. Aníbal Ortiz y Éver  Enciso, actores  principales  del filme   Matar a un muerto.

Protagonistas. Aníbal Ortiz y Éver Enciso, actores principales del filme Matar a un muerto.

En el medio de un ka’aguy, durante casi un mes, los actores Éver Enciso y Aníbal Ortiz encarnaron los papeles de Pastor y Dionisio, respectivamente, frente a las lentes del director Hugo Giménez, en la película Matar a un muerto, que se traslada al Paraguay de 1978, en plena dictadura, presentando a dos hombres que conviven enterrando cuerpos que les son enviados en el bosque donde se encuentran. Pero un cierto día, uno de estos llega con vida y desata un conflicto hasta entonces inexistente entre los dos enterradores.

“Es un personaje complejo, tiene algo que le inquieta internamente, no se sabe bien qué le pasa”, detalla Éver al describir a Pastor, el mayor de los dos hombres, que posee una cierta autoridad por encima del otro protagonista, interpretado por Aníbal, quien comenta que ante la inquietud de construir su personaje –Dionisio–, se nutrió de muchas anécdotas que escuchaba sobre la época de la dictadura cuando era más joven. “Estuve preocupado sobre quién era él, qué le pasó a su familia, cómo pudo haber llegado ahí”, apunta Ortiz.

Intenso. “Estuvimos casi un mes, eran jornadas largas, mañana y tarde grabábamos si o si, trabajábamos de lunes a sábado y los domingos teníamos libre”, detalla Enciso sobre las filmaciones. A pesar de contar con días de descanso para reponerse de las grabaciones que calificaron como “intensas”, durante los más de 25 días de trabajo, ambos tomaron la decisión de mantenerse en la localidad donde se encontraba la locación principal de la película.

“Fue una decisión mía, mi personaje no habla tanto, dice mucho con la mirada, los gestos, es muy interno, no me quería tentar en ir a Asunción a encontrarme con mis amigos; me quedé allá todo el tiempo”, detalla el intérprete de Pastor.

El filme es el segundo trabajo que reúne en pantalla a ambos actores, quienes en esta ocasión, a pesar de la jerarquía que distanciaba a sus personajes, experimentaron una serie de roles a partir de ese vínculo. “Entre los dos hay empatía, parecen padre e hijo, amigos, jefe y empleado, hay diferencias, se pelean, a veces son cómplices, pasamos por muchas situaciones en el trascurso de la película”, describe Ever, mientras, entre risas, agrega Aníbal: “Muy raros son estos tipos”.

El dúo coincide en que los papeles tienen elementos del “paraguayo”. “El que se ve callado, dice lo necesario, introvertido, no exagera en el lenguaje. No llega a expresar mucho sus emociones, se guarda todo. En algún momento estalla y nuestros personajes también explotan en el trascurso de la película”, manifiestan en conjunto.

Los actores destacan que algunas de las escenas despertaron algunas sensaciones y efectos en ellos. “Sí que fue profundísimo, una que era más sicológica, más emocional; particularmente ensayé mucho, se trataba de una situación especial para mi personaje”, rememora Enciso.

Por su parte, Ortiz confiesa que incluso llegó a sentirse mal en una de las escenas. “De tanto que me inspiré, como que me mareé, fui a no sé dónde. Sentí muchas cosas en ese momento, tal vez fue por la preocupación de esa escena de la que aún no podemos hablar”, expresa Aníbal, cuando interviene Enciso y complementa con un sonoro “Uum”, elevando el misterio en torno a la cinta que llega el jueves 5 a las salas de cine.

Duración:
87 minutos

Sinopsis:
Situado en el Paraguay de 1978, en plena dictadura, Pastor y Dionisio entierran de forma clandestina cuerpos que les son enviados en un bosque. Un día, encuentran a uno de ellos aún con vida, y deben lidiar con un conflicto hasta entonces inexistente para ambos enterradores.


Sí que fue profundísimo, una (escena) que era más sicológica, más emocional, particularmente ensayé mucho, se trataba de una situación especial para mi personaje.

Entre los dos hay empatía, parecen padre e hijo, amigos, jefe y empleado; también se pelean y a veces son cómplices.

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