El paraguayo Williams Ocampos, de 26 años, en contacto con radio Monumental 1080 AM, contó la mala experiencia que le tocó pasar en la ciudad de Dublín, Irlanda, cuando trabajaba de delivery.
El compatriota viajó para perfeccionar su inglés y decidió trabajar para poder costear sus gastos diarios.
“Tengo impotencia y rabia. Yo elegí trabajar de delivery porque el costo de vida en Irlanda es muy alto. Nosotros al llegar comenzamos a solicitar los documentos y eso demora unos tres meses. Yo no quería estar tanto tiempo sin trabajar”, comenzó relatando.
Fue así que, alrededor de las 21:30 del pasado viernes, recibió dos pedidos esa noche y, al intentar cumplir con su trabajo, fue increpado por un grupo de 10 adolescentes en un callejón.
Sin tener otro camino alternativo, Williams decidió ir por la zona y estaba avanzando en medio de ellos cuando, en un momento dado, le cierran el paso y lo golpean con un tubo de hierro que lo dejó mareado.
🔸 Paraguayo en Irlanda regresa al país tras ser atacado por un grupo de adolescentes
— Monumental AM 1080 (@AM_1080) September 30, 2025
👉🏼 Williams Ocampos denunció que fue golpeado con un tubo mientras realizaba entregas nocturnas; permaneció 12 horas en el hospital y decidió abandonar el país por falta de seguridad.… pic.twitter.com/s0T0ZBJGpX
“Me sentí mareado y sentí golpes por todas partes. Me intentaron sacar la bicicleta y el celular. Yo luché por mi vida para recuperar lo material. La bicicleta era rentada”, siguió detallando.
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Finalmente, logró salir de esa zona, caminó alrededor de tres kilómetros y pidió ayuda en un restaurante.
“Me llevaron al hospital y estuve como 12 horas”, añadió e indicó que estos adolescentes “tienen una especie de sobreprotección por parte del Gobierno” y que son considerados por los propios irlandeses “como intocables”.
“Cuando hay un tipo de pelea callejera y están involucrados adolescentes, los policías no pueden hacer nada por el simple hecho de que son menores de edad. Acá, cuando un menor de edad comete un crimen, no es considerado un crimen y la policía no puede hacer nada”, se explayó el compatriota.
Luego de todo lo ocurrido, Ocampos salió en busca de un lugar que pueda reparar su teléfono, pero nuevamente se encontró con un grupo de jóvenes. Afortunadamente, pudo cambiar de camino y evitar una nueva agresión.
“Esa fue la gota que colmó el vaso. Si yo no tengo tranquilidad, si yo no tengo paz y me siento inseguro en un lugar, no tengo por qué estar acá. Fui a mi casa y compré el vuelo de regreso a Paraguay. Para mí todo esto es inadmisible”, sentenció.
El connacional estaría llegando al territorio nacional el próximo martes. El joven tenía planeado perfeccionar su ingles para luego emprender en un negocio propio.