Amancio Benítez, obispo de Benjamín Aceval, presidió la misa central en la Basílica Santuario Nuestra Señora Virgen de los Milagros de Caacupé, en el tercer Domingo de Adviento.
Durante su homilía invitó a reflexionar dónde está puesta nuestra alegría, ya que “muchas veces ponemos nuestra alegría en lugares equivocados” y eso trae problemas, tristeza y amargura.
“Muchas veces tenemos oportunidad de vivir la verdadera alegría y no la vivimos. La fuente de la verdadera alegría es Dios, quien es el único que nos da el sentido de nuestra vida”, afirmó e instó a “invertir en algo que vale la pena el sacrificio”.
Siguiendo con su reflexión, el obispo dijo que los padres deben preguntarse si su presencia es motivo de gozo dentro de su familia, al igual que los hijos.
“Estos días hay muchos que reciben sus títulos y es motivo de gozo, pero también hay muchos motivos de preocupación y de tristeza”, sostuvo y afirmó que en Paraguay “hay muchos motivos de tristeza que se deben corregir”.
Además, recordó todo el novenario y la celebración central en honor a la Virgen de Caacupé.
Puede leer: Cardenal Adalberto Martínez insta a recordar el “verdadero significado” de la Navidad
“Me parece que nosotros somos San Juan Bautista, una voz que clama en el desierto, pareciera que no entra en el corazón de las personas, de las autoridades y por eso nos falta que pongamos nuestra vida en Cristo”, aconsejó monseñor.
Insistió en que la verdadera alegría tiene que ser fruto de nuestro sacrificio. “En la casa falta que los padres sean más exigentes. Cuestionamos nuestra educación, pero nosotros mismos promovemos la mediocridad al premiar al que no estudia”, increpó.
Premiar a los sacrificados
A su criterio, no se puede mejorar la educación paraguaya si los mejores no son premiados.
“La ley de la vida es así, se les debe castigar a los haraganes, a los que no quieren estudiar ni trabajar, pero ahora todo tranquilo y también se quieren relajar”, dijo el obispo.
Incluso, recordó a los jugadores de la Selección Paraguaya que no clasifica más a ningún mundial. “Falta que se sacrifiquen más los jugadores y que trabajen más”, aconsejó.
Los legisladores bajaron su calidad
Durante la homilía no desaprovechó la oportunidad de cuestionar la preparación académica de los legisladores paraguayos. Uno de los senadores más cuestionados es el colorado cartista Hernán Rivas, cuyo título de abogado presenta varias inconsistencias.
Lea más: Rivas defiende su título, pero no da nombres de maestros o de su materia favorita
“Nuestros legisladores bajaron su calidad, ¡qué tristeza! No escuchamos una discusión de leyes, de fundamentos más que voto, voto, voto, y algunos ni sabemos para qué van”, acusó.
“¿Qué esperanza vas a tener en un pa’i que no reza, el estudiante que no estudia; el legislador que no sabe las leyes, ¿qué clase de legislador es?”, se preguntó y recibió el aplauso de los feligreses.
Concluyó diciendo que “falta más sacrificio y calidad de vida para ser motivo de alegría para Dios, para la familia, para la comunidad y para el Paraguay”.