Nicanor Duarte Frutos habló este viernes durante la inauguración del Hospital de Puerto Casado, en Alto Paraguay, donde además se llevó a cabo una jornada de gobierno con la presencia del presidente de la República, Mario Abdo Benítez.
En este contexto, el titular de la EBY aseguró que el Gobierno de Abdo Benítez siempre tuvo como prioridad el fortalecimiento del sistema de salud. No obstante, dijo que con la pandemia se les vino encima una guerra epidemiológica.
El político colorado buscó minimizar el fracaso del Gobierno en el manejo de la pandemia al señalar que en todo el mundo ya hay más de 3 millones de muertes y que además el Covid-19 golpeó duro a países con mayor ciencia y tecnología.
Asimismo, tratando de justificar el fracaso en la compra de vacunas contra el Covid-19, se refirió a que existen países de primer mundo que esconden las vacunas sin que les importe lo que sucede con las naciones más carenciadas.
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“Es complicada esta situación, pero hay muchos que de esta tragedia buscan juntar votos, que hacen campaña electoral sobre el luto de familias, eso ya es porque no hay argumentos. Agarran como bandera del luto y lo tiran sobre la cabeza de las autoridades como lo hacen los sectores de la oposición”, señaló.
Recientemente el Gobierno recibió críticas por priorizar el show mediático en la entrega de equipos médicos antes que entender las necesidades urgentes de hospitales y acelerar la compra de vacunas contra el Covid-19.
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“Ahora el Gobierno ya no puede contar lo que hace, porque nos quieren hacer callar. Hay trabajo, todos los días se trabaja. Cuando el Gobierno llegó, en el país solo había 260 terapias y ahora tenemos más de 700. La lucha es diaria”, dijo.
Por último, Nicanor Duarte Frutos indicó que con sus expresiones no busca justificar las falencias que pudo cometer el Gobierno “como humano”, pero dijo que no es válido buscar votos tras el dolor de la gente.
Paraguay atraviesa por una de las peores crisis sanitarias de su historia debido al sostenido aumento de muertes y contagios del Covid-19.
La falta de previsibilidad hizo que insumos básicos como el oxígeno falten en los hospitales, mientras las vacunas, en su mayoría donadas, llegan a cuentagotas.
