Por un horno microondas que ella compró en 12 cuotas y por el cual firmó un pagaré en 2016, ahora, más de ocho años después, debe pagar un monto exorbitante, que podrá juntar en 20 vidas laborales completas.
Aunque el valor adquisitivo que acumuló hoy en día el electrodoméstico nos resulte impensable o improbable, de otro mundo, es una realidad para Liz Prieto, una docente que vive un calvario financiero por ello.
La maestra se presentó en la Cámara de Diputados para exponer su caso con varios documentos y un rostro que denotaba su dolor, impotencia y desesperación. Se fue a pedir auxilio, su último grito de esperanza, a los que representan —en la teoría— a la sociedad paraguaya.
Mientras hablaba sobre su tortura, las lágrimas corrían por sus mejillas.
“Tengo que jubilarme 20 veces para pagar un horno microondas. Nos toca el estómago y el bolsillo. Es muy doloroso: G. 78 millones ya pagué y todavía hay varios embargos. ¿Qué le voy a decir a mi hijo? ‘Tengo embargos. No te voy a dar de comer’. Esto es muy doloroso”, sentenció en diálogo con la prensa al relatar su testimonio, que se viralizó en las redes sociales.
El microondas de G. 1.000.000, que compró a crédito en el 2016, hoy le cuesta, según denunció