La elevada condena para Marcelo Piloto se expidió luego de cuatro días de juicio por el Tribunal do Jurí Federal de Rio de Janeiro por homicidio triplemente calificado: por medio cruel, para disimular y asegurar la impunidad de los crímenes cometidos en Brasil, publicó el medio brasileño G1.
Fue sentenciado por el asesinato de una joven de 18 años en su celda. En ese entonces estaba preso en la Agrupación Especializada, establecimiento de reclusión de la Policía Nacional, y utilizó un cuchillo de postres para materializar el hecho.
Marcelo Fernando Pinheiro Veiga participó de todo el juicio en forma telemática desde la Penitenciaría Federal de Porto Velho, en Rondônia.
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El Ministerio Público de Paraguay también participó en el proceso, colaborando con Brasil en las audiencias, en formato híbrido, donde estuvieron colaborando Manuel Doldán Breuer, el fiscal adjunto de Asuntos Internacionales; y Francisco Cabrera, fiscal de la Unidad de Delitos Económicos y Anticorrupción.
También la fiscala María Irene Álvarez prestó declaración como testigo en la causa, ya que se encargó de llevar adelante la investigación del crimen de Lidia Meza, antes de que Marcelo Piloto sea expulsado de nuestro país.
El Ministerio Público Federal (MPF) brasileño sostuvo que el líder narco había cometido hace siete años el homicidio para evitar su extradición a Brasil y ser procesado en nuestro país. Determinaron que asesinó a la paraguaya de 53 puñaladas.
De acuerdo con la investigación del vecino país, ella fue víctima de una emboscada orquestada por Piloto y buscó la forma de atraer a la mujer hasta el lugar. Cuando encontró la oportunidad y que estuviese indefensa, aprovechó para atacarla con saña y furia.
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La expulsión de Marcelo Piloto se dispuso en el gobierno de Mario Abdo Benítez, con un fuerte dispositivo de seguridad.
No obstante, no se trata del primer caso en el que un ciudadano brasileño es juzgado por hecho un en Paraguay, ya que el Código Penal del vecino país permite que aquellos connacionales que comentan delitos en el extranjero sean juzgados en su país y cumplir la pena.
Por el crimen de Pablo Medina, ocurrido en 2014, también fue procesado en Brasil Flavio Acosta. Sucedió lo propio en el caso del asalto tipo comando que realizaron soldados del Primer Comando Capital (PCC) a Prosegur en Ciudad del Este, cuando entre 40 delincuentes mataron a un suboficial, sitiaron la ciudad y robaron USD 12 millones. Ocho de los asaltantes fueron condenados en Brasil por ello.