09 ago. 2025

Legado del papa Francisco: Reavivar la esperanza

La gestión del papa Francisco deja un legado difícil de superar en muchos ámbitos y, especialmente, en el económico, en el que buscó poner en el centro el cuidado de las personas y de la “casa común”. Sus dos encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti, junto con la reciente bula de convocación del Año Jubilar 2025, llaman a impulsar la confianza en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y el respeto de la creación con implicancias para el pensamiento y la política económica.

Si bien este llamado puede parecer retórico, toma sentido cuando se analizan sus dos encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti, junto con la reciente bula de convocación del Año Jubilar 2025 Pes non confundit. Los referidos documentos y las formas en que se concretan en sus continuos llamamientos a transformar la economía en una “que no mata” y “no aplasta”, sino que funciona en beneficio de todos.

En un mundo en el que existen recursos económicos y riquezas para que nadie pase sufrimientos, el actual sistema económico no permite una distribución equitativa de los beneficios ni siquiera el disfrute de los bienes públicos o comunes, como el agua, los bosques, las vacunas.

El problema distributivo se refleja en un momento histórico de concentración extrema de la riqueza y de persistencia de amplios sectores de la población en situación de pobreza o vulnerabilidades extremas que se traducen en incertidumbre y desesperanza.

Este llamado no se dirigió solo a los grandes líderes políticos y económicos que toman las decisiones globales, sino también a los dirigentes en cada uno de los países. Paraguay no está ajeno a este desafío.

Es un país considerado de ingreso medio-alto y con importantes recursos materiales y naturales, pero con una gran mayoría de la población angustiada por la pobreza, la mala calidad del trabajo, la falta de salud y la protección social y con niveles vergonzosos de desigualdad en todos los ámbitos de la vida.

En su primera encíclica Laudato si’ (2020), el papa Francisco señala que “la tierra de los pobres del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satisfacer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso”.

Este documento incluso hace referencia a Paraguay, cuando cita la Carta Pastoral emitida por la Conferencia Episcopal en el año 1983 sobre el derecho de los campesinos “a poseer un lote racional de tierra donde pueda establecer su hogar, trabajar para la subsistencia de su familia y tener seguridad existencial”.

En su encíclica Fratelli tutti , sobre la fraternidad y la amistad social, señala que “hay reglas económicas que resultaron eficaces para el crecimiento, pero no así para el desarrollo humano integral. Aumentó la riqueza, pero con inequidad, y así lo que ocurre es que nacen nuevas pobrezas”.

Paraguay viene creciendo sostenidamente; sin embargo, nuestro país permanece con indicadores sociales y económicos que los países más desarrollados de la región superaron en algunos casos más de cincuenta años atrás.

La bula de convocación al Año Jubilar 2025 Spes non confundit , hace un llamado a reformar la arquitectura financiera internacional relacionada con el manejo de la deuda pública por sus consecuencias en “la miseria y la angustia, y privando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno”.

Paraguay inició un camino de endeudamiento, cuyos beneficios no solo no se han derramado en la mayoría de la población, sino que además está exigiendo pagos al exterior que desvían recursos que podrían estar invirtiéndose en políticas públicas que benefician de manera directa a la calidad de vida como las dirigidas a la producción de alimentos y la atención a la salud.

El liderazgo del papa Francisco ha sido un ejemplo para los políticos, tanto por su mirada puesta en el bien común como por su vida transparente, austera y cercana a la gente. Nos deja un legado difícil de superar.

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