Sus declaraciones agravan la guerra de declaraciones entre Moscú y EEUU y la Unión Europea, en su peor punto muerto diplomático desde la Guerra Fría. “En cuanto al concepto detrás del uso de medidas coercitivas, Occidente está dejando claro que no quiere forzar a Rusia a cambiar de política sino que quiere asegurar un cambio de régimen”, dijo Lavrov, según fue citado por la agencia de prensa Tass ayer, durante una reunión del Consejo de Política Exterior y Defensa, en Moscú. Lavrov dijo que las veces que se habían aplicado las sanciones internacionales contra países como Irán y Corea del Norte, su fin no había sido causar daño a sus economías. “(Pero) ahora, las figuras públicas en los países occidentales dicen que es necesario imponer sanciones que destruirán la economía y provocarán protestas públicas”, acusó Lavrov. Las afirmaciones del ministro se producen tras las declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, cuando dijo que Moscú debe protegerse frente a una “revolución de color en Rusia”, en referencia a las protestas que derrocaron a líderes de otras ex repúblicas soviéticas. Las sanciones de Occidente limitaron el acceso a los mercados extranjeros de capital para algunas de las empresas y bancos de Rusia.
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