De hecho, Vaesken –aprovechándose del carnaval de contrataciones sin concurso en la Cámara– guardó un cupo para su hijo, Ricardo Alessandro Vaesken, y logró que se lo nombre con un jugoso salario el 22 de setiembre de este año en carácter de funcionario permanente con un sueldo de G.9.017.700, misma fecha en la que hijos y cónyuges de diputados lograron ser ubicados. Tanto Ricardito y su padre forman un verdadero clan, puesto que contando con el sueldo de Vaesken (padre) de unos G. 30 millones, ambos perciben casi G.40 millones al mes.
Actual. Como no podía ser de otra manera y dados los sucesivos desatinos de esta presidencia que terminó con la burla a la ciudadanía al no asumir de que existe nepotismo en la Cámara Baja, el sucesor del ex director de RRHH, ahora es Máximo Medina, un seccionalero que fungía de asesor jurídico en la Cámara, quien ahora –apenas llegó Latorre a la presidencia– logró una meteórica suba de salario que llegó a los G. 29.084.600 cuando aterrizó en Diputados. Antes, su salario en la función pública era de G. 5 millones.
La Cámara Baja alberga actualmente a 2.383 funcionarios, lo que significa un desembolso mensual en concepto de sueldo y otras remuneraciones de alrededor de G.16.400 millones. La Cámara tiene una vara altísima en cuanto al promedio que paga a los funcionarios, llegando a G. 6.882.610 por funcionario.
PRIVILEGIADOS. Algunos de los casos que se desprenden de la nómina de funcionarios de la Cámara Baja de julio a diciembre, así como del Ministerio de Economía, arrojaron los contratos de los hijos de los diputados Cleto Giménez, Héctor Figueredo, José Domingo Adorno, así como de la diputada Roya Torres. También de la hija del vicepresidente Pedro Alliana y el hijo –que finalmente renunció– del titular del Congreso, Silvio Ovelar, cuyos contratos con jugosos sueldos en la Cámara coinciden en dos aspectos: ninguno entró por concurso y todos ganan jugosos salarios, muchos de ellos incluso solo con el bachiller culminado. El caso de la hija de Alliana, Montserrat Alliana, fue el que mayor indignación causó, dado que pasó de ganar G. 6 millones a G. 18 millones.