La Policía dio custodia a militar asesinado y luego la cesó para no “llamar la atención”

El comandante de la Policía Nacional, el comisario general Carlos Benítez, se refirió al crimen del teniente coronel Guillermo Moral justificando la falta de custodia para el uniformado.

El jefe militar fue ultimado el pasado jueves en inmediaciones de la Facultad de Derecho de Universidad Nacional de Asunción (UNA), en el barrio Trinidad de la capital, cuando llegaba para dar clases. Era alumno del décimo semestre en el turno tarde.

El uniformado se había negado a aceptar un soborno de G. 10 millones para introducir un teléfono celular en la celda de Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, presunto narcotraficante que se encontraba recluido en la cárcel militar de Viñas Cué.

Luego de que se dieran a conocer imágenes del recorrido de los presuntos sicarios –que tras el asesinato se retiraron del lugar, fueron a una estación de servicio de la zona del Jardín Botánico, abandonaron la motocicleta utilizada y solicitaron el servicio de un conductor de plataformas–, el comandante de la Policía fue abordado ante la nula presencia de su personal en la zona, la “tranquilidad” con la que se manejaron y porque no se vio una sola acción rápida al respecto.

“Imposible. En los casos de muerte por encargo es imposible. Salvo que tengas una información de inteligencia, que te anticipe que en tal fecha, en tal horario o tal calle ocurriría. Entonces, sí ya hay una planificación para evitar cualquier tipo de hecho punible. Pero la tarea de prevención del personal policial se realiza de manera normal cuando no existe ese tipo de denuncias”, respondió Benítez a la prensa, en la mañana de este lunes.

“Es un hecho muy puntual y siempre digo que las tareas de prevención usualmente se siguen haciendo, pero el escenario es impredecible cuando se trata de muertes por encargo, porque son situaciones o decisiones que se dan a puertas cerradas y entre cuatro paredes, salvo que se pueda alertar previamente a las autoridades. Pero cuando son hechos de muerte por encargo, usualmente las posibilidades son muy limitadas”, insistió.

El porqué de la falta de custodia

El comandante de la Policía Nacional también fue abordado sobre la falta de custodia que tenía el teniente coronel Moral, pese a la grave denuncia que había realizado.

Según él, se consultaron todos los registros de guardia y de mesa de entrada de la Comandancia y “no existe ninguna denuncia en físico ni tampoco se registra el ingreso de él como una denuncia verbal”.

Tampoco existió pedido de custodia, según afirmó.

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Sin embargo, explicó que el “sistema de vigilancia aleatoria” había determinado “al principio” una custodia para Moral, pero esta “había cesado, porque el teniente coronel Moral era una persona de perfil muy pero muy bajo, que no necesitaba llamar la atención ni levantar el perfil”, según expresó el máximo jefe de la Policía Nacional.

También derivó el tema de la custodia a las autoridades militares, diciendo que en estos casos, “cuando emerge una amenaza contra un efectivo militar, lo más común es que la propia Comandancia de las Fuerzas Militares sea la que asuma la protección de su personal”.

Benítez confirmó que la familia de Moral sí tiene custodia, a través de la comisaría jurisdiccional del domicilio.

Por el crimen de Moral, quien además era estudiante en Derecho UNA, la Policía Nacional está tras los pasos de un joven de 18 años, identificado como Rogelio Lemuel Díaz, y un adolescente de 16, a quienes se están considerando como principales sospechosos del asesinato.

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Al respecto, indicó que todavía no se logró determinar si los sospechosos son o no miembros de algún grupo criminal.

Imágenes de cámaras de seguridad captaron a dos ocupantes de una motocicleta que siguieron de cerca al uniformado desde el microcentro de Asunción hasta la sede de Derecho UNA, en cuyas inmediaciones acabaron con su vida.

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Por parte del Ministerio Público, el fiscal general del Estado conformó un equipo especial para la investigación del caso, reasignándolo a miembros de la Unidad Especializada de Lucha contra el Narcotráfico y Crimen Organizado de Asunción, ya que una de las hipótesis apunta que él denunció el intento de soborno por parte del narcotraficante Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, para que se pueda ingresar un teléfono celular a su celda, en la cárcel de Viñas Cué.