En abril se presentó la plataforma Unidos por Asunción, con miras a las elecciones municipales del 2026. Fue un primer acuerdo de partidos y movimiento políticos con el objetivo de establecer algunos puntos y reglas en busca de la unidad para enfrentar al Partido Colorado, cuyo intendente (renunciado) dejó la ciudad en quiebra técnica, administrativa y en la decadencia absoluta.
Hace poco se supo que la metodología para la elección de la candidatura era la gran traba. Encuesta versus urnas delivery era la discusión. Álvaro Grau, concejal de PPQ, acusó directamente a Soledad Núñez de trabar el acuerdo. El viernes dio un paso al costado. Declinó su candidatura a la intendencia municipal “ante la falta de acuerdo sobre el mecanismo de sección del candidato único de la oposición”. Anunció que buscará la reelección como concejal.
Al descabalgar, el escenario quedó con tres precandidaturas: Soledad Núñez, Johanna Ortega (País Solidario) y Agustín Saguier, del PLRA. Pero esto apenas empieza y de la madurez política de los protagonistas depende el epílogo de esta historia, que debe incluir la derrota de sus propios demonios: el ego, el cuchillo bajo el poncho, los intereses particulares, no entender los roles de cada uno o creerse más importante que el otro.
MOVIDA DE PIEZAS. La falta de acuerdo sobre el método debía resolverse entre los cuatro precandidatos, pero no prosperó. Hay acusaciones cruzadas sobre la responsabilidad del fracaso. El apoyo público del PDP a Soledad generó el primer escozor público, porque preanunciaba decisiones similares en el futuro. La renuncia de Grau se inscribe en una interna en Patria Querida, ya que un sector considera a la ex ministra de la Vivienda más potable que su propio concejal.
En el PLRA hay una movida similar. Los concejales municipales, los verdaderos dueños de los votos en Asunción, ya habrían optado por Soledad, por lo que la renuncia de Saguier se daría por descarte. Esto dejará en el escenario a Johanna Ortega como la única que seguirá disputando la chapa con Soledad Núñez.
En principio, la diputada por País Solidario promete seguir dando batalla y tiene a su lado a Kattya González, como una carta clave. Sin embargo, tampoco está muy claro el rol de la ex senadora, ya que su nombre sigue en el aire como una posibilidad para entrar a la cancha “si la candidatura opositora no levanta vuelo”.
Aunque aclaró que no será precandidata porque ya dio su palabra, pero reclama reglas claras para definir la candidatura única.
LOS MISMOS ERRORES. La oposición paraguaya tiene tendencia aliancista, superando los límites ideológicos. Lo demostró en varias contiendas electorales, pero también hay partidos o movimientos que salen al paso, restando las posibilidades de triunfo.
La catástrofe que deja la administración de Nenecho Rodríguez (ANR), a quien su propio partido le soltó la mano, es una oportunidad brillante para que la oposición muestre a la ciudadanía que tiene planes para rescatar a la ciudad. Su desastrosa administración y la inquietante pregunta sobre el destino de G. 500.000 millones es una ofrenda en bandeja de plata a la oposición, que puede lograr la victoria si actúa con inteligencia. Acordar una candidatura única es el gran primer paso, pero es eso: apenas el inicio de un proceso para convencer a los asuncenos de la necesaria alternancia. Especialmente porque los colorados no hicieron mea culpa. Al contrario, el intendente Bello continúa la gestión como si nada hubiera pasado, apelando a la frágil memoria de los votantes.
La oposición está acordando en varias ciudades. Por su protagonista, sorprendió la candidatura del ex arquero José Luis Chilavert. Varios sectores de la oposición lo proponen para la Intendencia de Luque. Una propuesta arriesgada no solamente por su fascinación por el fascismo, sino también por sus fuertes declaraciones contra mujeres políticas. Por ello, el apoyo que le dio Esperanza Martínez es muy cuestionado dentro de la izquierda. En tiempos de hegemonía cartista, para muchos opositores el pragmatismo puede ser la única salida. A esos críticos feroces hay que recordar que el Frente Guasu se alió con Cartes para la fallida enmienda constitucional del 2012.
El 9 de noviembre es la primera parada. Si Miguel Prieto vuelve a ganar Ciudad del Este con su candidato Daniel Pereira Mujica, tendrá un efecto positivo en aquellos proyectos aliancistas en todo el país porque demostrará la fuerza de la unidad más allá del poder del dinero y la coacción del Estado.
Asunción necesita una transformación. No puede volver a caer en manos de sus verdugos.
Por ello, quienes tienen la delicada misión de hilvanar los acuerdos deben lograrlo sin generar rencores que luego resulten en brazos caídos en las elecciones, deben caminar a tientas, como si cruzaran un lago nevado no solo con adecuado equipamiento, sino caminar despacio, con equilibrio, y en equipo para darse la mano por si se rompe el hielo.